Nuestra información de aquellas épocas nos provocó el malestar de no pocos adeptos del precandidato contrario a Vicente Fox.
Ese tema de la privatización de la educación media superior y superior al igual que nuestra inconformidad con su programa de política exterior nos hizo perder, no le podría llamarla amistad, pero cuando menos el contacto que manteníamos con el entonces futuro presidente de la república, situación que se mantuvo firme en los meses de la campaña y se ha sostenido a lo largo de los años de su administración.
Desde luego que eso no nos incomoda. Lo que nos preocupa es que Calderón Hinojosa, que es presidente de todos los mexicanos y no sólo del panismo ni de las derechas fundamentalmente lucrativas, se atreva a favorecer ese lucro con la educación.
Calderón Hinojosa escogió el foro adecuado: el Tecnológico de Monterrey, para agradar por lo menos en el parapeto, porque seguramente el gran apoyo económico que esta institución impulsa entre sus educandos lo desconoce porque nunca lo necesitó.
Sin mesura alguna, anunció créditos a estudiantes por dos mil 500 millones de pesos para que financien su carreras en las disciplinas que ellos quisieran, pero eso sí, exclusivamente en universidades privadas.
Con ese dinero podría muy bien abrirse o una nueva universidad o repartir los recursos, tan necesarios, a las diferentes universidades públicas del país que tanto los requieren sobre todo tomando en cuenta todo lo que le han dado a la nación a través de sus labores históricas.
Este sistema de becar a los alumnos con créditos ha fracasado en Estados Unidos, donde los profesionistas quedan hipotecados, no a 15 años, sino por toda la vida. Ésa es una de las exigencias de los indignados estadounidenses para que esas deudas millonarias sean absorbidas por el Estado.
Los más reconocidos expertos en educación y en políticas sociales han criticado con argumentos serios la decisión calderonista.
No se pudo en el sexenio que culmina acabar con las universidades públicas laicas y gratuitas, pero sí les cumplió a las universidades lucrativas del país, hipotecando de por vida a los futuros profesionistas con créditos ignominiosos.
Al aire
A pesar de la complicidad, lamentable el estado de salud del ahora ex secretario de Educación Pública, Alonso Lujambio. Deseamos su restablecimiento y bienestar.
Fue trasladadao a un hospital en Estados Unidos; una ambulancia le transportó al aeropuerto de la Ciudad de México.