“No votar” sería un retroceso en lo mucho o poco que México ha avanzado. La corrupción, la inseguridad, y cualquiera otro de los males, inclusive las malévolas maniobras electorales, no son consecuencia ni producto de la democracia. Nuestro sistema de gobierno es adecuado, las fallas están en otros espacios.
Consideramos que el equívoco, y ahí si es urgente presionar, es el sistema de partidos y los métodos de entrega de las candidaturas. Primero y durante muchos años estos espacios fueron reservados para quienes con empuje y trayectoria, significaban la defensa del pensamiento e ideología partidista; de siempre, pero no con tanto descaro, se ha privilegiado a representantes de sectores, grupos, sindicatos o grupos de poder.
Esos tiempos han cambiado. Ahora es el manejo económico, el poder por el poder, la amenaza, la protección, el agradecimiento que no la gratitud –éste es una valor-, y las conveniencias, los factores que influyen con más peso.
Hay que sumar ahora, el tema de género y equilibrios establecidos por ley pero aún no respetada y a todas luces, prostituida. Mujeres de valía, talento y experiencia en todos los partidos hay y de sobra. Sin embargo, estos espacios –y está documentado- se aprovecha para cónyuges, hijas, sobrinas, amigas, amantes, secretarias y demás; y en muchos casos, el espacio es un préstamo para logar, el suplente, ocupar el espacio que no le corresponde.
Estos vicios, hoy acrecentados, han sido empujados por la sobre reglamentación electoral en México. Es más difícil entender y estudiar qué no se puede hacer a la preparación de una campaña, de una estrategia, y de los compromisos. De ahí, que existan manejos oscuros de dinero, de nombramientos, de contrataciones por terceros, de entrega de candidaturas.
Tan solo en Morelos los ejemplos sobran. Hijos de, hermanos de, esposas de, amigas de, novias de, nuera o yerno de, amantes de, tienen amarrada la competencia electoral por sobre los verdaderos militantes comprometidos con la ideología de su partido.
Hay mucho, muchísimo por cambiar y modificar; pero no es con la negación del voto sino con el voto razonado, bien pensado, el cómo se puede llegar a los mejores gobernantes. Tal vez son mucho tres o seis años para, por la misma vía del sufragio, premiarles o castigarles, pero esa es la ruta mientras no se dé cabida a la Revocación de Mandato.
Ya veremos si la sociedad es congruente y ahí si, empataríamos con el llamado de Javier Sicilia, pero con el matiz siguiente: no votar por los malos gobernantes, por los malos diputados, por los malos administradores, todos ellos fáciles de detectar.
Hagamos exactamente lo contrario: motivemos el voto, involucremos a las nuevas generaciones que por primera vez harán uso adecuado de su credencial de elector; verán que ésta tiene un peso, es una responsabilidad su portación, no un documento que acredite su mayoría de edad para la diversión.
A Sicilia el respeto y la comprensión de su dolor; jamás deseamos pasa por ello. Pero esa desesperanza y desesperación, tomémoslas como una obligación y un acicate para darnos tiempo el próximo 1 de julio, en lo que a cada uno corresponderá.
Digamos SI al voto.
Meade y Peña
Buena chamba le dieron a Jorge Meade Ocaranza; apenas para su forma de placearse.
El Coordinador de la Campaña en Morelos, ha convocado a amigos y seguidores, para ver vía televisiva, el arranque de campaña del candidato Peña Nieto desde Guadalajara. La cita es en el Auditorio Teopanzolco y se ha armado como si el mismo EPN estuviera presente.
Ya se distribuyeron gafetes, pases de estacionamiento, acreditaciones VIP –tan de moda ahora aunque las siglas son anglosajonas-; de todo se vale, aunque sean los mismos de siempre, ningún voto nuevo traerá ese tipo de reuniones.