Personajazo, le diría su maestro Scherer. El que escribe tiene una sola descripción simple: querido amigo, hermano del alma. El espacio es de Carlos, y pedimos permiso a la audiencia porque tras leerlo, verán que merece esto y más…
“Otra vez con la lata…”
(Ahora sobre Los Viejitos)
Por Carlos Reynaldos Estrada
“Otra vez con la lata maestro”, decían las denuncias que Marco Aurelio Carballo enviaba al director de la revista “Siempre”, Jose Pagés Llergo, que terminó por darle trabajo. Se quejaba de Manuel Becerra Acosta (q.e.p.d.), entonces director fundador del UNOMASUNO, primero y luego, del veracruzano Antonio Andrade, (q.e.p.d.), al que apodaba “El Trastupijes”, reportero desde “Zócalo” y director fundador de “Centenario”, un diario que murió a muy temprana edad, casi al nacer, le ganó la salida al “Financiero”, pero se murió. En los números “ceros”, abandoné el barco, después de una agria discusión con Carballo, en presencia de León Roberto García Cruz (q.e.p.d.). Lo menos que le dije fue: “eres un pusilánime”, no se me olvida y lo sostengo. Cuando salí de las instalaciones de Editorial “Bodoni”, en donde nació también el UNOMASUNO, León Roberto me dijo “por una tercera parte de lo que le dijiste a Carballo, yo te parto la madre”, pero todo se nos olvidó en la “Guadalupana” de Coyoacán, con la “lana” de mi finiquito. Mi salida motivó que me siguieran Eduardo Deschamps Rosas – me pongo de pie--, y la del mismísimo León Roberto García Cruz, nada más que hijo de uno de los cofundadores de la Confederación Nacional Campesina (CNC) y nieto del general Roberto Cruz, el hombre que mató al Padre Pro (todo lo anterior está documentado en la Hemeroteca Nacional). Me contaron que Carballo, al referirse a mi persona, solo decía “es un cismático”. Cómo lo disfruté. Pero al grano “sobre los viejitos”. Otra vez Con La Lata, Javis, pero no me vayas a dar trabajo “porque me salen ronchas”
Resulta que los viejitos en Morelos, estamos desamparados, al garete. Cuando regreso de la Ciudad de México, con prisa, tomo allá en la capital, un taxi afuera del hospital, y le digo al chofer: “a la autopista, donde paran los Pullman de Morelos que van para Cuernavaca”, frente a los “aguiluchos” –El Colegio Militar—. Allí paran los Pullman de Morelos para cualquier punto del estado y para las terminales del centro de Cuernavaca, el IMSS y Jiutepec, pero no hay boletos “para viejitos”, hay que comprar un entero, más lo del taxi y el taxi de Cuernavaca. Paran todos menos los que van a la Terminal La Selva y el Ejecutivo Dorado. A esos te subes en Taxqueña y te revisan hasta los calcetines y ya dentro del autobús filman a todos los pasajeros. Pero venden boletos para viejitos, sin bronca, menos en el Ejecutivo Dorado, en ese pagas el mismo precio a cualquier edad, pero ya no dejan fumar, “ni pedo”.
En la Terminal del IMSS tampoco hay boletos para viejitos.
Seguro en “la terminal” de “Los Aguiluchos”, en la Autopista, la primera autopista en México, improvisada con un toldo de hule para cubrirse de la lluvia o el sol, pero sólo los empleados de Pullman de Morelos, los “viejitos” si no llevamos paraguas, te chingas y te mojas. Pues decía, seguro allí se subió el asaltante que mató a “un viejito”, de un certero balazo, hace semanas, en un Pullman de Morelos. En estos días de vacaciones, sí hay revisiones, pero someras, porque el “camión pierde tiempo”.
Llegas aquí y si te subes a una ruta “les vale madre tu credencial del INAPAM”. Tienes que pagar 5.50, como cualquiera. Entonces mejor un taxi y de la Terminal “del IMSS”, al despacho de Roberto Soto Castor, una odisea en esta época de vacaciones –“hay manifestación, es quincena”. ¿Qué pasa?, le pregunté al chofer. No, en opinión del chofer los autos se pusieron baras y todos traen coche, la circulación es imposible. Si mejoraran el transporte colectivo, le dije al chofer, la gente lo usaría más, pero la chatarras que usan, son de pánico, a veces los cafres choferes, “van como alma que lleva el diablo”, o muy despacio “para ajustar tiempo”, nuestro sistema de transporte colectivo es fatal, funesto. Una verdadera odisea para llegar al despacho de Soto Castor y cuando llegué ya no había nadie.
El transporte colectivo y taxis son un servicio público, concesionado, pero mal regido. En Guanajuato capital, te subes a un autobús, pagas tu boleto completo y te dan cambio, sólo porque te ven “ruco”, no hay que mostrar siquiera la credencial del INAPAM. Un taxista allá se considera un servidor público, aquí te “carnean”, primero, para saber de dónde eres y luego te la aplican: “son cincuenta pesos”.
Luego vas al INAPAM, un lugar mugroso, en El Carnero, en donde hay muchas actividades para viejitos pero “la mayoría con cuotas de recuperación” y yo digo “ni madre, esto no es para mi, con mis dos mil cien de pensión”, estos me van “a dejar encuerado”.
Ojalá doña Mayela Alemán haga algo por los “viejitos” antes de irse, en vez de andarnos encargando con Orihuela. Le dijo a Orihuela, en “las Mañanitas”, en plena campaña “ahí le encargo a mis viejitos y a mis niños”. ¿Cuáles señora?
Pero eso sí, las manifestaciones, los “Días de la Familia”, son muy lindas, encabezadas por ella y alguna vez acompañada de su marido, esas no causan problemas, los comerciantes no se quejan y el tráfico en la circulación de vehículos en toda la ciudad no le causa problemas a nadie, pero que no se trate de esos mugrosos de los no sé cuántos pueblos que defienden el agua para sus más elementales necesidades, porque “puta madre”.
Y también Javis, ojalá y Cuernavaca se “hermanara”, con la ciudad de México, Puebla, Toluca y Chilpancingo, o por lo menos Iguala, para que por ejemplo se arreglara el problema de la "terminal de los Pullman, en la autopista", en vez de andarse “hermanando”, con ciudades españolas o norteamericanas, en donde a una de esas, por cierto, llegaste hasta con la banda de Tlayacapan, con Morales Barud de gobernador. Ahora que será nuestro nuevo alcalde, me gustará saber qué va a hacer para cumplir una de sus promesas de campaña: “una atracción mundial del centro de Cuernavaca”. En la madre, qué ira a hacer. Un abrazo Javis y gracias por aceptar la lata, pero quisiera terminar con algo que me ocurre ahora: Picasso decía que" la juventud comienza a los 60, pero entonces ya es demasiado tarde”, yo tal vez completé dos años en la tercera edad y ya estoy hasta la madre, pero ya me voy, tú sabes.