El pasado 13 de noviembre, un camión de la Línea Ometochtli se quedó sin frenos en una pendiente pronunciada en la carretera que va de San Juan Tlacotenco a la cabecera municipal de Tepoztlán. El vehículo agarró gran velocidad y terminó impactándose primero con unos árboles y después con una barda de piedra.
Pablo, de 65 años, quien conducía el camión, pagó con su vida la falta de pericia para detener el bólido. Murió tras 15 días de agonía, y de haberse salvado, tendría que pasar varios años en la cárcel.
Los 19 pasajeros que llevaba quedaron lesionados, pero ninguno murió. Sin embargo, el hecho está siendo aprovechado por la empresa Mi Bus, propiedad de la familia Rosillo, para tratar de terminar con un monopolio de más de 80 años en ese municipio.
Ironías de la vida: los acusan de ser un monopolio, pero la empresa Autobuses de Primera Clase México-Zacatepec (mejor conocida como Pullman) lleva exactamente el mismo tiempo monopolizando el servicio de transporte con destino a la Ciudad de México, y suben sus tarifas cuando quieren.
La diferencia es que, mientras Pullman es una empresa totalmente privada, los autobuses Ometochtli son una Sociedad Cooperativa, figura legal que se puso de moda en los tiempos de Lázaro Cárdenas.
En 1935, el general Lázaro Cárdenas, siendo Presidente de la República visitó Tepoztlán, estableciendo una oficina temporal en el atrio de la iglesia, donde la gente del pueblo podía exponer sus problemas, la más importante de aquella época era la construcción de la carretera Tepoztlán - Cuernavaca, por lo que dicha petición fue satisfecha el 9 de enero de 1936. Esto permitió establecer nexos con los centros políticos, administrativos, culturales y económicos del estado y del país.
Desde entonces se comenzaron a hacer los primeros recorridos de Cuernavaca a Tepoztlán en camiones que distaban mucho de ser como los Pullman, siempre anunciados como “de primera clase”, pues sus unidades eran último modelo.
Encontramos en el Diario Oficial de la Federación del viernes 4 de julio de 1952, la autorización a favor de la Sociedad Cooperativa Ometochtli, por parte del Departamento de Tránsito Federal “para explotar con dos unidades el servicio público de pasajeros de primera clase en la ruta Cuernavaca-Tepoztlán, servicio directo”, en respuesta a una solicitud hecha el 12 de enero de 1951 por parte de los transportistas de Tepoztlán.
Desde entonces, son los únicos que dan servicio de transporte de pasajeros, con las vicisitudes propias de cualquier empresa camionera y los problemas comunes de todas las cooperativas en este país. En México tenemos cooperativas tan exitosas como la de Cruz Azul, en la que recientemente salió a la luz pública un fraude multimillonario que tiene a su principal cooperativista con orden de aprehensión.
Recordemos que la cooperativa es una asociación autónoma de personas unidas voluntariamente para formar una organización democrática cuya administración y gestión debe llevarse a cabo de la forma que acuerden los socios, y el mecanismo es idóneo para beneficiar a todos los miembros de la agrupación, pero el problema viene cuando los que la encabezan son siempre los mismos, o del mismo grupo.
Parece que así sucedió también en la Cooperativa Ometochtli. “El error fue que no dieron la atención como debe ser a una sociedad cooperativa. Estos se cerraron y se convirtió en un grupo pequeño, en una sociedad anónima disfrazada de cooperativa para no pagar los impuestos. Ese fue su mayor error, no invertir”, afirmó Constantino Romero, vecino de San Juan Tlacotenco, entrevistado por el reportero Xavier Omaña.
Tras el fatal accidente, la empresa Mi Bus comenzó su estrategia para tratar de ganarse ese derrotero y sacar, o por lo menos hacerle competencia, a los cooperativistas.
Una de esas estrategias fue a través del Facebook. Por medio de una “fan-page” denominada “Tepoztlán informado”, están tratando de desprestigiar a Ometochtli.
Una de los argumentos por los que la empresa Ometochtli trata de justificar el monopolio del servicio de transporte público en Tepoztlán, es porque brindan empleo a familias tepoztecas. El accidente que ocurrió el pasado 13 de noviembre además de los fuertes estragos que sufrieron las familias de San Juan; también lo sufrió la familia del chofer que manejaba la unidad: Pablo Ramirez Rojas.
En la pasada reunión que se realizó en la Secretaría de Movilidad y Transporte del Estado de Morelos, tanto su hijo como otro familiar del chofer accidentado acudieron para también exigirle a la empresa que se hiciera cargo por los gastos de su trabajador, quien hasta el momento había sido dejado a su suerte por la empresa de transporte público. Los familiares de Pablo comentaron que los únicos que habían apoyado con los gastos habían sido sus compañeros choferes. Asimismo, señalaron que meses atrás el señor Pablo también enfermó de gravedad por Covid-19 y quienes apoyaron únicamente fueron sus compañeros de trabajo, más no la empresa.
El siniestro no sólo mostró la indiferencia de la empresa con los tepoztecos sino también con sus empleados. Pues podemos observar a Víctor, Juan Carlos, Luis, Darío y la maestra (quien lleva la tesorería de la Cooperativa) andar con total tranquilidad en el pueblo, mientras las familias de los lesionados y sus empleados se truenan los dedos para conseguir dinero para los gastos que ellos les impusieron por su negligencia.
Si el brindar trabajo a las familias tepoztecas implica no reconocer la relación laboral, recibir sueldos precarios, no tener seguridad social; y ser abandonado a su suerte. Es preferible ser desempleado que empleado de Ometochtli.
Hace algunas semanas comenzaron a operar las unidades de Mibus en la comunidad de San Juan, se puede observar las unidades pintadas, cuidadas, choferes uniformados, boletaje foliado, usuarios y empleados tranquilos. Una dinámica totalmente distinta a la del monopolio que impera en el municipio.
Es más que evidente que la publicidad viene de la empresa que tiene el monopolio del transporte a la Ciudad de México, y que ahora pretende adjudicarse también un mercado millonario que representa los miles de usuarios que van a Tepoztlán, o vienen a Cuernavaca y sus alrededores.
Así que la trifulca que vimos ayer en diferentes medios de comunicación, es solamente el inicio de la disputa por ese mercado que significa ingresos millonarios.
HASTA MAÑANA.