Con esto se pudo burlar completamente a la justicia o confirmar lo que muchos decían que había sido una argucia política en época electoral.

No es la primera vez que sucede. Para la reducción al absurdo, hay que recordar casos como el de la Paca, en el que después del escándalo de la aprehensión de algunos personajes se vino abajo por falta de seriedad. Después del escándalo, algún juez los absuelve o porque no estaba completo el expediente o porque no había pruebas que fueran concluyentes para confirmar los cargos. En la opinión pública queda la idea de que el sistema es corrupto.

Todo esto me trae a la memoria algo que sucedió en la antigua China. Era la época de los mandarines, había los famosos exámenes imperiales y a los ganadores de ellos el Emperador los premiaba con un alto cargo público. De hecho, ellos eran quienes gobernaban en toda China. Se dio el caso que en Shangai uno de los mandarines era realmente incompetente para gobernar, para impartir justicia o para administrar la provincia. Fue tal el malestar de la ciudad que el Emperador decidió comisionarle a hacer un hermosísimo jardín; era la época en que la belleza de los jardines era importante para el orgullo de una ciudad, y este mandarín fue relevado de todos sus cargos para crear ese bellísimo jardín que se puede visitar en la actualidad, pero la gente lo bautizó como “el jardín de la incompetencia burocrática”. Tal vez pudiéramos hacer un movimiento para que se haga “un jardín de la incompetencia jurídica”.

Se puede analizar el suceso del michoacanazo en tres formas: uno, que fue una argucia electoral; dos, que fue problema de la Procuraduría o del Ministerio Público de haber actuado sin pruebas suficientes, o por último que fue error de los jueces. Estos errores nos llevan también a evaluar la razón de estos errores. Si fue una argucia electoral, entonces se puede culpar a quienes utilizaron la justicia como instrumento político. Si se trata del problema de las Procuradurías y del Ministerio Público, aquí también hay dos posibilidades o hay incompetencia, es decir, no estaban bien fundados los hechos o los inventaron o realmente hay corrupción. Lo mismo se puede decir de los jueces que finalmente liberaron a los presuntos funcionarios involucrados con el narcotráfico, y también ahí puede haber o incompetencia de los jueces o corrupción. Esto no es inventado, en la mayoría de las conversaciones que se oyen, especialmente entre los jóvenes, se manejan estas posibilidades. Sería muy importante o que se investigarán a los funcionarios que administran y procuran la justicia y también a quienes utilizan la justicia como instrumento político.

La verdad es de preocuparse porque no es la primera vez que echan abajo un caso por no estar correcto el expediente. Ya ha sucedido hasta en casos internacionales; la mayor parte de las veces que se ha recurrido a tribunales internacionales, se han perdido los casos. El ejemplo más reciente es el de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en que México ha perdido casi todos los casos. ¿No sería bueno establecer un método de concurso para las diferentes posiciones en el sistema jurídico? Porque claramente los resultados que se tienen son muy deficientes. Y no es una clase social o un pequeño grupo, es la mayoría de los habitantes de este país que están urgidos de que el sistema de justicia sea reformado de manera que se acaben estos casos o de corrupción o de incompetencia.

Mucho se usa en el discurso político el decir que vivimos en un Estado de Derecho. Pero esto no deja de ser un recurso retórico. ¿Vivimos realmente en este sistema tantas veces repetido? La idea de los testimonios de “testigos protegidos” pareciera ser utilizada indiscriminadamente. Si el testigo no puede comparecer ante un juez porque se pondría en peligro su vida, entonces habría que fundamentar las acusaciones con pruebas sólidas. Los Ministerios Públicos deberían hacer su trabajo para conseguir las pruebas necesarias para lograr que un juez pueda ordenar su aprehensión.

Sería interesante si esto sigue, así preguntar si el Consejo de la Judicatura no tendría algún jardincito que cuidar.