Una comisión de magistrados primero y, después, el pleno de la Sala Superior del TEPJF, y antes del 6 de septiembre, elaborarán el dictamen de computo final y la calificación de la elección. De este modo se declarará la validez del triunfo presidencial.
El principal agravio retórico en la demanda de López Obrador es que "se compraron 5 millones de votos". Con una diferencia en el computo de alrededor de 3.2 millones de votos, López Obrador maneja una cifra que decidió, sin duda, de manera arbitraria, si no es que al azar. Un número menor de votos no cerrarían la diferencia con el ganador, Enrique Peña Nieto, y un número mayor aparecería como absurdo aun para sus más fieles seguidores que, por lo general, nunca exigen pruebas de sus dichos.
Ahora bien, ¿qué representa en el contexto de la realidad electoral de México una cifra de 5 millones de votos como la que López Obrador soltó al aire? ¿Qué significaría una operación material y financiera para la compra y movilización de ese número de votantes? Sin duda ocurren hechos de "compra y coacción" en las elecciones, en México y en todo el mundo. En el propio PRD se acusan de ello en cada elección interna.
La revisión del recurso legal que elaboró el equipo de López Obrador no contiene evidencia de la compra de 5 millones de votos. Y no hay elementos objetivos para considerar esa cifra viable, siquiera creíble. Los argumentos serios sobre este tema escasean, pero yo destacaría uno desde ahorita, adelantado por un especialista académico, Alberto Simpser de la Universidad de Chicago (http://political-science.uchicago.edu/people/faculty/simpser.shtml).
En una primera reflexión basada en estudios propios, encuestas e investigaciones comparadas de sistemas electorales, Simpser realiza ("Did the PRI buy its electoral result in the 2012 Mexican election?") un cálculo basado en "el número de votos que el PRI necesitaría comprar para obtener el resultado que obtuvo, la efectividad de la compra del voto y el costo por voto".
Hay estudios (en Argentina y Taiwan) que calculan la "efectividad" del pago por un voto; 16 por ciento según Simpser. El costo lo coloca entre 100 y 1,800 pesos, y usa 700 como variable. Si el PRI hubiese comprado los votos que López Obrador dice la cantidad seria de 5 millones multiplicada por 700 (precio bajo), o sea 3,500 millones de pesos, alrededor del doble del financiamiento total de la coalición PRI-Verde. Pero eso sería si hubiera un 100% de "efectividad" en la compra. Si fuera más cercano a los casos estudiados en otros países por Simpser, apenas hubieran obtenido 800 mil votos, habiendo pagado por 5 millones. Más bien, asegurar los 5 millones con un 16% de efectividad requeriría de un gasto de alrededor de 21,700 millones de pesos! Obviamente un escenario completamente inverosímil.
En realidad, el alegato de la izquierda se desprende de una visión arrogante que asume que quienes votan por el PRI están dispuestos a vender a su voto, porque, según esto, no es un voto "razonado". Presumen, equivocadamente, que la razón y el pensamiento están necesariamente de su lado; que la intelligentsia de nuestro país está con ellos, y no que podría estar con Peña Nieto. Ahí es donde se equivocan --por más de 3 millones de votos por lo menos.
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*Ex-Consejero del IFE
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