¿Qué hay detrás del título de senador de la república que dos hombres de experiencia luchan con todo y contra todo para ser los escogidos? ¿Cuál es el peso específico de esta oportunidad?
Por supuesto que la beca sexenal no es nada despreciable; dicen quienes han pasado por ahí –en sorna pero no faltan a la verdad- que quien cruza esa etapa se encuentra en la posición perfecta: sin presiones, con salario alto, prestaciones ilimitadas, fuero constitucional, viajes a costa del erario, seguro de gastos médicos privado para él su familia, roce con el poder, y muchos otros beneficios.
Para Juan Salgado Brito y Fidel Demédicis Hidalgo, el Senado de la República les significa la antesala para la conquista de la gubernatura del Estado de Morelos.
Salgado ya tuvo la oportunidad por el Partido Revolucionario Institucional y fue derrotado más que por Sergio Estrada Cajigal, por la denominada “ola azul” provocada por el candidato presidencial Vicente Fox Quesada. Su edad, trayectoria y experiencia, sin lugar a dudas, lo pondrían de nueva cuenta en juego.
Demédicis sabe que esta oportunidad le significa, pierda o gane la elección Graco Ramírez Garrido Abreu, la continuidad de una carrera política que lo ha ubicado como un hombre de batalla y defensor de sus principios. Le abriría la puerta para ubicarse, de ser derrotado Ramírez, como líder de las izquierdas en Morelos, en caso contrario, como mancuerna útil en los avances de gobierno. Su posible candidatura dentro de seis años sería factible.
Lo increíble, es que el otro espacio, el que ocupa el político con menor experiencia, Rabindranath Salazar Solorio, quedó intocable; jugó en varias posiciones y fue el más hábil en las negociaciones. Luchó por la candidatura al Gobierno –en registro de última hora- sabedor que no lograría el triunfo pero que sería un factor de negociación. Su espacio en la candidatura plurinominal al Senado le fue respetado y hasta el momento, va viento en popa; debe estar atento a que no le caiga un tornado que mueva las aguas y lo hagan caerse.
Amado y Manuel
Dejan verse, buscan espacios públicos. Saludan, miden respuestas y movimientos. Charlan a solas pero permiten el acercamiento de unos y otros.
Amado Orihuela y Manuel Martínez, pese a quien le pese, mantienen el control del PRI en la entidad. Las candidaturas –con todo y marchas y críticas- las definieron en alianza con Maricela Sánchez.
El tiempo corre despacio. A partir de abril 15 podrán los aspirantes al gobierno hablar abiertamente de sus aspiraciones, mientras tanto, víctimas de la absurda “veda electoral”, aparecen pero nada tienen o mejor dicho, pueden decir.
Será difícil el que haya cambios en los espacios ya distribuidos; el mensaje de parte del secretario general Adjunto del PRI nacional, José Encarnación Alfaro –según los inconformes- en el sentido revisar todas las candidaturas (33 presidencias municipales y 18 diputaciones locales), de existir, sería más una declaración perentoria que con trascendencia jurídica.
Este jueves, el arranque de campaña del candidato presidencial priista Enrique Peña Nieto en Guadalajara, será transmitido en vivo y se montarán para tal efecto pantallas en el Auditorio Teopanzolco. Invitados hay de todo tipo y será la muestra del poder de convocatoria de Jorge Meade Ocaranza en su nueva encomienda como coordinador de campaña del mexiquense. La duda es si los grupos de inconformes pudieran hacer acto de presencia y dejar su huella en el espacio.
Incomodidad de género
Esta si es una advertencia seria. Los partidos políticos no han cumplido con la obligación de por lo menos una tercera parte de sus candidaturas se conformen con un género diferente, es decir, dos terceras partes de mujeres por una de hombres o viceversa.
El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ha marcado plazo a los responsables para que presenten las nuevas fórmulas, en caso de omisión, el IFE tendrá que sortear los espacios para que los partidos presenten los nombres correspondientes.
Oscar Granat Herrera, consejero presidente del Instituto Estatal Electoral ha sido enfático: los partidos políticos saben de esta obligación y serán obligados a cumplirla.
Dicen que no hay mujeres suficientes para ocupar estos espacios. ¡Vaya actitud misógina! Es mejor decir que hay demasiados varones que no desean ceder espacio ni poder.