La decisión de Andrés Manuel López Obrador de erigirse en “presidente legítimo” y la declaración de Felipe Calderón Hinojosa, ante su controvertida ascensión al poder por una diferencia de 250 mil votos, del “haiga sido como haiga sido”; más adelante la entrega de pollitos, puerquitos, chivitos, en fin el “arca de Noé” que presentó el político tabasqueño como prueba “irrefutable” para demostrar el fraude y exigir la invalidez de la elección presidencial y para rematar la vestimenta de militar de fajina como general de cinco estrellas con la que se presentó hace aproximadamente seis años don Felipe de Jesús para iniciar su absurda, equívoca y cruenta guerra contra el crimen organizado y el flagelo del narcotráfico.
Al igual que nos hemos opuesto a la supuesta Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información, no por sus rubros tan trascendentes que expone en su propio título, sino porque en su articulado la convierte en una ley mordaza puesto que ahora en forma legítima, manda a reserva la información gubernamental que realmente interesa a la sociedad en su conjunto.
Ahora recordamos que siempre nos hemos opuesto, repetimos a esa absurda, equivocada y cruel guerra contra el crimen organizado, cuyo saldo luctuoso puede llegar al término del sexenio a más de 100 mil muertos, que superan las cifras de víctimas mortales habidas en las guerras de invasión de Estados Unidos en Vietnam, Irak y Afganistán.
Las cifras no son nuestras, son del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el cual dio a conocer que desde 2006 en que Calderón Hinojosa, en forma unilateral, declaró su guerra, que después le llamó lucha, ha dejado hasta ahora un saldo terrorífico de más de 95 mil homicidios documentados.
Además, el informe del organismo específica que el 2011 fue el más cruel, al aumentar en 5.5% los crímenes respecto del año anterior al perpetrarse 27 mil 199 homicidios y destaca en términos estadísticos, cada día fallecieron por esta causa 74 personas, es decir tres por hora o una cada 20 minutos.
Si este sexenio que está por terminar, ha sido una administración luctuosa para México, para el periodismo nacional ha sido toda la decena trágica panista, puesto que los enemigos de las libertades de prensa y el derecho a la información han cometidos 113 asesinatos: 96 periodistas, nueve trabajadores de prensa, seis familiares y dos amigos de comunicadores, además de 21 desapariciones forzadas. Ante este panorama terrible hay que precisarlo, de esos crímenes pertenecen al sexenio de Felipe Calderón 83 asesinatos y 15 desapariciones forzadas.
La situación es terrible, hemos dicho que ante los 13 asesinatos y tres desapariciones forzadas ocurridas en lo que va del 2012, este año se puede convertir en el más cruel para el periodismo nacional de no atender las autoridades con atingencia el fenómeno.
Y también de no variar la política, no se trata de una premonición, se trata de una realidad, el saldo histórico del régimen calderonista podría superar los 100 mil asesinatos. Simplemente inaceptable.