Sin embargo, ello es apenas una pequeña parte de las prácticas obscuras que existen en los tribunales del trabajo, esto lo señalo porque me fue enviado un correo en el que se hace mención de la nota aparecida el día 11 de febrero del año 2009, en la publicación de nombre Portada Laboral cuyo director general es José Castro Villafuerte y que textualmente señala: “Nada es oculto cuando se descubre la verdad”. Hace unos dias se cumplió un año del cambio de presidente de la Junta Especial Número Uno de Conciliación y Arbitraje, a través del tiempo se han ido conociendo los pormenores de lo sucedido el pasado 30 de enero del 2008. De lo anterior concluimos que no existió ninguna “bomba” y que todo ello sólo fue el colofón a una preparación previa orquestada por diversos personajes, se conoce hoy quien fue la persona que ordenó todo eso, en complicidad tanto del personal de la policía que custodiaba la puerta principal de las viejas instalaciones de las Juntas de Conciliación. Quienes incluso, se brincaron hacia el interior de los archivos de la Junta Especial, así como el propio personal que llega a entrar en las noches para ejecutar actos de vandalismo y que atentaron en contra de la propia institución.
Queda poco en la memoria de quienes participaron, especialmente de aquella que planeó todo lo ocurrido y que hoy ya se conoce. Es una lástima que para correr a algún jefe se hayan utilizado acciones fraudulentas y amenazas en contra de los guardianes del orden, la finalidad era desconocer a como diera lugar al que fue presidente de la Especial Uno de aquella época”. De estos hechos nadie investigó nada, a pesar de que de ello mucho sabe el Secretario del Trabajo en el Estado. Así como tampoco se investiga acerca de quién o quiénes ordenaron que el personal del Tribunal Estatal de Conciliación y Arbitraje fuera obligado a firmar hojas en blanco, para el efecto de que posteriormente se les hagan efectivas las respectivas renuncias. Como se puede observar de lo anterior, aún en esos lugares existen clases desprotegidas.