Para los otros dos aspirantes, más que por el triunfo personal, empujan para que sea un seguidor o por lo menos afín a los postulados de Andrés Manuel López Obrador el abanderado de las izquierdas en nuestra entidad. Ramírez Garrido Abreu, a pesar de haber asistido y subido al templete en la más reciente visita de AMLO, ni es seguidor y mucho menos impulsor de los ideales del político tabasqueño.
“Rabín”, como le conocen sus allegados y aun los alejados, es más, así promociona su imagen, goza con el visto bueno del candidato presidencial de la izquierda mexicana; en una de sus visitas a Jiutepec, el propio Andrés Manuel le recordó que por ser sobrino del gran luchador social guerrerense Othón Salazar, tenía un gigantesco compromiso con la sociedad y un futuro en la política.
Todo apunta a que esas palabras aunque no fueron mágicas, sí mantuvieron en la mente de López Obrador al joven que arrancaba como alcalde.
Por supuesto que forma parte de los diputados que con desconocimiento aprobaron modificaciones constitucionales que ha echado abajo la Suprema Corte de Justicia de la Nación; ese traspié nadie se lo quitará. También se suma a los legisladores que un año sí, otro no y uno más sí cobraron completito su aguinaldo de 90 días a pesar del reclamo social en contra de este beneficio que ha quedado demostrado que no les corresponde.
Rabindranath Salazar Solorio conquistó o mejor dicho negoció la presidencia de la Comisión de Hacienda, Presupuesto y Cuenta Pública del Congreso del estado; logró relaciones aunque tuvo que padecer al hoy diputado con licencia Fernando Martínez Cué.
Antes de concluir 2011, Rabindranath optó o tal vez le indicaron que tenía un espacio en la competencia interna del PRD para encontrar un escaño en la Cámara de Senadores. Nada mal, diríamos hasta excelente para quien apenas y tiene unos años en estas lides. Con su registro para esa opción, se daba por un hecho su descarte en la competencia por la candidatura a gobernador.
Pero vaya que en política nada es previsible y muchas veces ni siquiera imaginable; por eso quizá, nunca nos hemos aventurado en esa vertiente. Apenas cerraba el 2011 y el legislador local cenaba y recibía el año con una clara perspectiva, la posibilidad de arribar a uno de los espacios de mayor responsabilidad; en el Senado de la República se representa al estado por el cual se llega. No ha pasado ni la primera quincena de este 2012 cuando Salazar ya está en la jugada por la grande.
Hacia el interior del PRD, Salazar Solorio tiene consejeros en mayoría, por lo menos la mitad de ellos podría impulsarlo; hacia el exterior cuenta con el respaldo del candidato a la presidencia de la república, Andrés Manuel López Obrador, a grado tal que hay quien advierte que su registro en esta competencia fue una solicitud directa de AMLO.
Lleva una buena relación y es respetado por dos de los otros tres precandidatos del PRD; ante la figura del senador Graco Ramírez, sería un tercero que equilibraría los gustos y disgustos de los diferentes grupos de izquierda.
Ahí exactamente es en dónde encontramos el pero: ¿es válido ir a jugar las contras, inclusive sabedor de la dificultad del compromiso?
No es mal visto; es más, tiene y cuenta con el apoyo del Partido del Trabajo y del Movimiento Ciudadano. Es factor de unidad. Hacia adentro aparece como un personaje de interés y con amplias posibilidades de ganar la encuesta que se aplicará en febrero próximo.
¿Qué tanta influencia y presencia tendrá para una contienda estatal? Sin lugar a dudas su figura ha crecido y traspasado las fronteras del centro de Jiutepec y Civac; sin embargo, ¿será influyente en las zonas sur y oriente del estado?, ¿le alcanza a Rabindranath la buena imagen para abatir a los candidatos del PRI y PAN?
No es cualquier cosa alcanzar una candidatura para gobernador y pero mucho menos lo es una vez lograda entrar en una verdadera competencia. Servir de plataforma aun al candidato presidencial a pesar del sacrificio personal, no consideramos que vaya ni con la personalidad ni con la calidad de Rabindranath Salazar. Apenas y ha arrancado en el fortalecimiento de una carrera política y una imagen, consideramos que es muy pronto como para echarla por la borda.
Allí están las alternativas y las oportunidades para el político; pero también debe considerar el ser humano que no hay que ir a todas, mucho menos cuando en un ejercicio reflexivo ya se había tomado decisión y camino.