Con el propósito de satisfacer los requerimientos de la Ley Federal del Trabajo, se establece la Junta Local de Conciliación y Arbitraje, así como el Tribunal Estatal de Conciliación y Arbitraje, los que se encargarán de administrar justicia en el ámbito de su competencia, conforme a lo dispuesto en los apartados A y B del artículo 123 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, respectivamente, además de que dependerán de la Secretaría y que para el desempeño de los tribunales, el Ejecutivo del estado proporcionará el apoyo administrativo necesario. De esta pequeña introducción encontramos que existe una gran responsabilidad, que desde luego habrá de hacer frente aquella persona que sea designada como titular del cargo, ya que por principio de cuentas, habrá de tener los conocimientos suficientes del entorno laboral que prevalece en nuestro estado, como por ejemplo la falta de empleo, el desorden, tardanza e ilegalidad que ocurre en las Juntas de Conciliación y Arbitraje, además del Tribunal Estatal; pero quizá en estos momentos, lo más importante será el encontrar los mecanismos suficientes para que la planta laboral vigente se mantenga y no continúe desapareciendo, para seguir con el proceso de atracción de nuevas inversiones, a partir de la seguridad jurídica que ofrezca; debe ser entonces un visionario en el sentido de saber rodearse del personal adecuado y con probados conocimientos, pero que les paguen, y no como ocurre en este momento que existe personal en las juntas que no obtiene una justa retribución, en este sentido será el responsable principal, directo e inclusive cómplice de los actos de corrupción. Habrá entonces que tener las tablas suficientes que le permitan armonizar verdaderamente a los actores del capital y del trabajo. En un segundo término, y desde mi particular punto de vista, el ideal sería aquel que no estuviera en la hipótesis de tener interés alguno. Sin embargo, aunque esto es difícil, ya existe un antecedente de cuando un subsecretario del trabajo resolvía a su particular manera, los asuntos relacionados a la materia laboral, causando con ello, un considerable daño a trabajadores y sindicatos.
Y en este sentido debo señalar que la persona mencionada con mayor insistencia para ocupar tal puesto, desafortunadamente tiene grandes intereses en lo que respecta a esta materia, y en consecuencia, podría repetirse la historia del subsecretario referido. Por esto habría de tenerse cuidado con cualquier designación. O en otro sentido, buscar un titular como el que actualmente existe, sin conocimientos, ni experiencia y ajeno a una licenciatura en derecho. Total seis años no son nada.