¿Qué es lo que se requiere entonces para armar el modelo definitivo? ¿Que ha impedido que México cuente con el plan integral para la modernización educativa que necesita en el siglo XXI? De llegar a perderse otra administración federal, el rezago educativo se traducirá en una carga inalcanzable para el desarrollo del país.
Lo relevante ahora es que las piezas del rompecabezas se han ido construyendo estos años por varios actores centrales. Por un lado: i) el SNTE, a partir los trabajos preparatorios de su IV Congreso Nacional de Educación (2007) y la Alianza para la Calidad Educativa (2008) y, desde entonces, promoviendo la aplicación de las políticas ahí propuestas.
También ii) la unidad de educación de la OCDE, con base a los resultados de PISA (2000, 2003, 2006, 2009), iii) especialistas en centro de investigación y educación superior (CINVESTAV, BUAP, Ibero) y iv) diversos organismos ciudadanos y empresariales con un compromiso social por la calidad educativa.
Claves por supuesto han sido v) las autoridades educativas; significativamente la Conaedu (donde han destacado algunas Secretarias estatales), el INEE y la SEP --a pesar de la discontinuidad que generó en un solo sexenio el paso de cuatro titulares, dos de ellos aspirantes presidenciales.
Los ejes de la reforma están igualmente pre-establecidos. Se trata, entre los más importantes, de la formación de los maestros, la incorporación de las nuevas tecnologías, la evaluación del sistema educativo, la instrumentación del Acuerdo 592 de Educación Básica, y en particular, el rediseño administrativo-material del sistema para ampliar las jornadas escolares hacia un esquema de "escuela de tiempo completo".
Afortunadamente, los esfuerzos técnicos, pedagógicos e incluso teóricos a favor de una reforma educativa apuntan en dirección correcta; si bien, todavía aparecen como incompletos o, peor aun, desarticulados.
Además se trata, de hecho, de un esfuerzo a favor de la educación de calidad para el siglo XXI que se extiende por prácticamente toda América Latina y el Caribe. En las próximas semanas habrá reuniones de la UNESCO, la OEA y Virtual Educa, todas en Panamá, y en ellas se abordarán el modelo de evaluación de los maestros y los sistemas de nuevas tecnologías para la educación.
Que evita entonces, la reforma educativa en México? Se trata de una verdadera transformación estructural en potencia. Tendría impacto en la educación y cultura de la población, pero también en la productividad de la clases trabajadora y media y los profesionistas de las próximas generación y, por lo tanto, de la competitividad del país.
Pero la política (en el sentido amplio) ha impedido que se integren todas las piezas. Se ha buscado distorsionar la reforma en una agenda contra el sindicalismo y los maestros; no sólo en México, sino en varios países latinoamericanos. Y la SEP ha carecido de la capacidad suficiente para coordinar a todos los actores relevantes. En conclusión, existe ya un modelo y sólo tiene que armarse; dependerá seguramente del próximo Presidente de la República que se logre.