Han pasado diecisiete años de que México “ingresó” al club económico de los países del primer mundo. Los analistas denominan a todo este proceso como globalización. Un conglomerado económico, social, tecnológico, cultural y educativo a gran escala. Es, de hecho, un movimiento teórico que centraliza su punto de fuerza en la inserción de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación (TIC’s), así como la interdependencia entre las diferentes naciones que conforman el mundo.
El inglés: ¿Una prioridad educativa?
Es una tendencia mundial, pero para el país ha significado deletrear puntos suspensivos en todos estos años, por lo que cabe preguntarse si existe un punto de partida para adaptar el sistema educativo a las nuevas exigencias del mercado. Lo inédito de todo este proceso (1994-2011) es que todos los gobiernos –incluidos los de alternancia política federal y estatales- no contemplaron, acaso, la introducción de la enseñanza del inglés en el modelo educativo. Una segunda lengua (el inglés) no se contempló siquiera como una tarea fundamental, estratégica, para dar viabilidad al país en términos de competencia mundial.
En Puebla, el Congreso del Estado ha planteado una propuesta para que a partir del ciclo escolar 2012-2013, en los salones de clase de los niveles preescolar, primaria y secundaria se introduzca el inglés como segunda lengua dentro del esquema educativo estatal. Introducir una segunda lengua, en este contexto, es una iniciativa con visión hacia el futuro. Nadie duda que sea imprescindible el aprendizaje de una segunda lengua, pero no se puede dejar de lado muchos elementos que inciden en esta interesante propuesta.
En primer lugar, no se cuenta con la infraestructura ni con la capacitación de los maestros para lograr las metas planteadas por el Legislativo. En un año, apenas, se podría contar con una carta básica para edificar, en primer lugar, un plan de obra. En segundo lugar, para echar a andar la reforma propuesta por el Legislativo poblano, se requiere de presupuesto y proyectos integrales donde participen la administración estatal, los gobiernos municipales, los diversos sectores sociales, académicos, agrupaciones civiles, el propio Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y las instituciones de educación superior estatales.
Iniciativa Puebla
Hay piezas sueltas en esta iniciativa, pero no son volátiles. Existe un hilo conductor. El responsable de las políticas públicas educativas de la entidad, Luis Maldonado, inteligentemente, ha dimensionado la extensión de esta reforma educativa. Hay que generar las condiciones, en términos de financiamiento, capacitación e infraestructura para darle viabilidad a la iniciativa que –con acierto- promueve el inglés como segunda lengua. En los hechos, prevalece una tendencia del gobernador de la entidad, Rafael Moreno Valle, para echar a andar políticas públicas, de acuerdo a un diagnóstico. Hoy en día, el 10 por ciento de los 7 mil planteles de educación básica de la entidad instruye a los alumnos en inglés.
Hay objetivos y metas. Se requieren muchos años de trabajo --como se ha visto en países que han implementado este modelo-- y, ciertamente, los resultados no lo serán de forma inmediatamente sino en el largo plazo. Una educación de calidad requiere incorporar el inglés en todos los niveles y, por supuesto, al sistema educativo nacional. Es parte indispensable de cualquier modelo educativo que aspira a una interconexión con los sistemas de comunicación globales. La participación activa en el mercado mundial (del que la parte dinámica de la economía mexicana es parte integral) requiere de un conocimiento básico del inglés, así como, por supuesto, del uso de las tecnologías de la información como una herramienta dentro del proceso de enseñanza.
A nivel federal, una segunda lengua ha sido la aspiración sexenal (Plan Sectorial 2006-2012). La enseñanza del inglés –ha sido y muchas naciones lo han hecho con resultados muy favorables en su desarrollo social- es uno de los ejes indispensables para elevar la calidad de la educación. Ello implica, de acuerdo a la experiencia mundial, capacitar a los maestros. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y la Unesco han resaltado la importancia de este objetivo. Es una responsabilidad de Estado. Es también un compromiso medible, que debe asumir, y alcanzar, cualquier entidad que aspira verdaderamente a elevar la calidad educativa.
Alrededor del país
Premio Nacional de Periodismo 2010.- El Consejo Ciudadano del Premio Nacional de Periodismo emitió la convocatoria al “Premio Nacional de Periodismo 2010”. Los rubros que participan son los de noticia, reportaje (periodismo de investigación), crónica, fotografía, artículo de fondo (opinión), caricatura (humor), entrevista, así como de divulgación científica y cultural. Las fechas para la recepción de trabajos comenzaron el pasado 23 de junio y cierran el próximo 19 de agosto. En él participan todos los trabajos de los géneros periodísticos antes citados, los cuales se hayan difundido en 2010 a través de la prensa escrita, radio, televisión y páginas web mexicanas.
El Consejo Ciudadano del Premio Nacional de Periodismo lo integran una variedad de instituciones de educación superior del país que van desde la Universidad Autónoma de Aguascalientes hasta la Universidad Autónoma de Zacatecas. Destaca también la participación de la UNAM, el Tecnológico de Monterrey, el Instituto Politécnico Nacional, la Universidad Anáhuac, la Universidad Autónoma Metropolitana, la Universidad Iberoamericana, entre otras más. Igualmente participan el Centro de Investigación y Docencia Económicas, la ANUIES, la Cámara Nacional de la Industria Editorial, Cámara de la Industria de la Radio y Televisión, la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, la Fundación Manuel Buendía, entre organismos. La Universidad Veracruzana preside dicho Consejo Ciudadano.
Sin duda alguna, que el consejo del citado premio se encuentre integrado de forma plural contribuye significativamente a que estas altas distinciones para el periodismo mexicano se hagan en forma plural, imparcial y profesional. Ciertamente, los Premios Nacionales de Periodismo hace tiempo que dejaron atrás la intervención y decisión gubernamental en los mismos, como parte del proceso de transición democrática. Una mayor información se encuentra en el sitio www.periodismo.org.mx.