En el diario capitalino dicen que esa casa editorial realizó una encuesta que tiene empatados técnicamente a Graco Ramírez y Amado Orihuela, con un puntito y fracción en favor del de Tabasco sobre el de Mazatepec. Y en nuestro diario se reproduce el trabajo que hace la encuestadora Arcop, en la que de acuerdo a los números, Amado debería perder diariamente y hasta el día de la elección poco más de cinco mil votos diarios, lo que no parece cosa simple.
Al margen de qué tipo de asuntos traten, de la gravedad y la certeza de ellos en la discusión de la noche de ayer, nos vamos con el comentario que recién vimos y escuchamos con expertos en materia de encuestas en una sección de Foro TV con José Carreño Carlón. Ahí, uno de los expertos marcaba que las encuestas que un medio manda hacer a una empresa del ramo, reconocida y especializada, tienen la credibilidad necesaria para retratar el momento. Que los medios que hacen sus propias encuestas entran en serias cuestiones por el manejo de intereses. Lo que no es nuevo, por cierto. Estamos en plena efervescencia, donde se dibuja ya el escenario final de la contienda, así que los medios jugamos un papel si no determinante si de influencia momentánea que mañana puede diluirse con la realidad y colocar en su sitio, bueno o malo, al medio o al que sea responsable de la publicación. No desmentimos lo que diga El Universal, pero llama la atención los números, no coincidentes, ni siquiera cercanos a los que se han conocido localmente. ¿Acaso es una mentira generalizada o se trata de engañar a los que se pueda?
Hace unos días hablamos de las percepciones, en una de estas, la mediática, Graco ya ganó, es febril su activismo y actividad, lo mismo con empresarios que con académicos y científicos, que con comerciantes o emprendedores. Tiene una oficina de prensa y estrategia sin duda superior a la de sus contrincantes, de calle, están a todas horas en todos lados, tenemos los periodistas llena la bandeja de los correos llena de diversas acciones. Funciona tan bien que nos da la razón expuesta hace muchos años en esta columna en relación a Graco: tiene un talento especial en el manejo de los medios de comunicación, es un muy buen publirrelacionista. Hoy nos lo prueba en su campaña más importante.
El columnista no quiere ser irresponsable con sus lectores, pero de lo recabado en dos días, intuimos que “la bomba” de Graco tiene que ver con el escándalo de diciembre del 2008 con el enfrentamiento de La Marina y el jefe del Cártel Beltrán en los edificios Altitude. En estos casos, de probarse, que cada quien asuma sus consecuencias, porque el horno no está para bollos. Ahí se encuentra en la ruta escabrosa el caso Tomás Yarrington, ex gobernador priista de Tamaulipas, un tema que fue cocinado a fuego lento para sacarlo a la mesa en la víspera electoral. Ayer pudo suceder algo parecido, que lo que sea tendrán que calificarlo donde corresponde, si es que así es. De lo contrario, fue un “borrego” como tantos que surgen en estas temporadas de caza.
De vuelta con las encuestas y su publicación, vale la pena marcar el día: 24 de mayo del 2012, los medios que publican, uno su propia encuesta hecha por su personal, y el otro que reproduce el trabajo de una empresa (Arcop) como noticia importante. Alta cada vez menos para el 1 de julio.
¿Meter las manos al fuego? ¿por quién y por qué? Tenemos un compromiso con un buen amigo, “El Logócata”, y vamos a comer tacos el 2 de julio a cuenta del que pierda. Eso es acá entre nos. De lo demás, cada quien tiene sus propias herramientas para tirar y defenderse. Existen ocasiones que al periodista lo involucran en campañas, encuestas y negocios de políticos y empresarios. El que escribe lo vivió hace tres años, que fue “tasado” y negociado sin su conocimiento. Esta vez gozamos de plena y absoluta libertad en el quehacer. Hoy vemos la película más relajados, como dicen en el barrio: “de a gorrión”.