La forma como las “coaliciones y las alianzas” optimizaron las inseguridades de las tres grandes fuerzas politicas y la posibilidad de que quienes decidieron salir a votar en el ultimo minuto acudieron a manifestar a través del “voto útil” su rechazo a las acciones de gobierno de los últimos 18 años.
La nominación de Jorge Carrillo como candidato a Gobernador, sin experiencia ni militancia en el Partido Revolucionario Institucional, colisionó a una clase política que se estaba consolidando, impulsada por causas diferentes durante los gobiernos de Lauro Ortega Martínez y Antonio Riva Palacio López. Desde 1982 y hasta 1994 el poder ejecutivo estatal mantuvo su agenda pública vinculada a las necesidades de su partido.
Fue una época en la que las decisiones económicas y sociales de la agenda estatal estaban sometidas a las cuestiones política, “Sí alguna obra o acción gubernamental no se lee en los periódicos, no se escucha en la radio y no se ve en la televisión, es como si nunca se realizó”, reconocieron en su momento quienes colaboraron con aquellos gobiernos.
Lauro Ortega Martínez fue diputado federal y presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI. Luego de su gestión al frente del gobierno de Morelos fue asesor de la Presidencia de la República. Sabía convencer de la importancia política de sus acciones. Por capricho, “partió” el Cañón de Lobos, modernizó la carretera que comunica a través de esa accidentada sierra a las ciudades de Cuautla y Cuernavaca.
Cuando la anunció, muchos la consideraron “irrealizable”. Cuando la inauguró, muchos reconocieron “el acercamiento” que provocó entre la población mas conservadora y la mas revolucionaria de la entidad.
Por determinación propia, construyo el aeropuerto de Tetlama. El gobierno federal de la época lo consideró innecesario, pero posteriormente se propuso la descentralización del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y se ofrecieron diversas plazas entre ellas Morelos.
Los conflictos políticos que surgieron desde que los gobernadores dejaron de ser políticos y se asumieron con “ciudadanos”, frustraron la posibilidad de que aquella terminal se desarrollara como sí lo han logrado otros puntos del territorio nacional.
Desde la construcción de la carretera que cruza el Cañón de Lobos, sólo se ha logrado concretar el paso de la “autopista del Sol”, que fue una obra federal durante la gestión de Antonio Riva Palacio, para Morelos. Han transcurrido 18 años durante los cuales se hablo de la autopista Siglo XXI y el libramiento Poniente. Planos, maquetas, compromisos de campaña y hasta anuncios de inversiones se han realizado.
El rezago en infraestructura carretera se confirma todas las mañanas con el congestionamiento de la Autopista del Sol en el tramo Xochitepec- Norte de Cuernavaca. Se multiplico la población del la zona sin nuevas vías de comunicación suficientes para satisfacer la demanda, se han “entregado” puentes y acceso, pero un proyecto integral espera para la siguiente administración.
Cuando los inversionistas del Club de Golf Tepozteco, anunciaron la suspensión del proyecto, Morelos inició una década de “mega-proyectos privados” que al igual que Nissan, en los setentas, buscaron otro destino para sus inversiones ante la incertidumbre jurídica, social y laboral consecuencia de la falta de vocación política de los gobernantes, Galerías fue “una golondrina que no hizo verano”.
Una de las razones por las cuales votaron más morelenses nativos y avecindados es que ordenan más trabajo político con políticos, que improvisaciones desde la inexperta visión ciudadana. Siguen considerando a Lauro Ortega Martínez el mejor ex gobernador de la entidad. Quienes vivieron aquí durante su administración siempre la han comparado con la forma de conducirse, que no de gobernar, de los que le han sucedido en la responsabilidad pública, no en el cargo.
Muchos electores cuestionan si se condujeron entendiendo el compromiso político que les significó el desempeño público de esa investidura. El arribo definitivo a la alternancia, impulsando la llegada de un gobierno de izquierda -el lado opuesto a la derecha- luego de intentos frustrados desde 1988, -cuando aquí triunfó el Frente Democrático Nacional en la eleccion federal- es también una expresión de los votantes para que vuelva a hacerse política en Morelos.
El próximo titular del Poder Ejecutivo llega con la aprobación del 42 por ciento de los votantes.
La candidatura de Graco Ramírez Garrido Abreu se construyó con el impulso de tres fuerzas partidistas: el Partido de la Revolución Democrática, el Partido del Trabajo y Movimiento Ciudadano. En bloque lograron cerca de 370 mil sufragios. De estos, el PRD se adjudica 255 mil, el PT 33 mil el MC 20 mil y la Coalición 56 mil aproximadamente.
Según el cómputo final, en la eleccion de diputados El PAN recibió en los 18 distritos, 183 mil votos, el PRI 135 mil, el PRD 110 mil, el PT 30 mil, el PVEM 80 mil, el MC, 14 mil, el Panal, 14 mil, el PSD 41 mil, la coalición del PRC-PT-MC 85 mil y la coalición PRI-PANAL 61 mil.
El Congreso de Morelos estará integrado por fracciones de minorías de cada uno de los ocho partidos que lograron espacios en el Congreso.
Trece distritos fueron para la coalición en torno al PRD y cuatro para la del PRI. Al iniciarse el trabajo legislativo se observaran la complejidad de enviar, revisar y aprobar iniciativas que se envíen desde el Poder Ejecutivo.
Luego de que se conoció en el 2000 el resultado de la eleccion, los legisladores del PRI y del PRD y PCM eran 25, el PAN tenía cinco en la Legislatura 1997-2000, que concluyó su gestion el 31 de agosto, luego de realizar una serie de modificaciones legales y constitucionales que disminuyeron las facultades del Poder Legislativo.
Hoy, permanecerán hasta el próximo 31 de agosto, 15 diputados del PRI y seis del PAN, además de la representación del PVEM y de Nueva Alianza, con los que pueden realizar modificaciones sin necesidad de involucrar a los tres diputados que tiene el PRD. Esta puede ser la primer revisión de fuerzas que realice el próximo gobierno con las fuerzas políticas con las que caminará durante su gestion. Existe una solicitud para la realización de un periodo extraordinario de sesiones que puede generar las condiciones para modificaciones similares a las del 2000, tendientes a sobredimensionar atribuciones a una oposición sin soporte similar en las urnas.
EL BOTÍN DE LOS PARTIDOS
La ausencia de una ley de partidos permite que al interior de cada instituto político las burocracias sean ajenas a los intereses sociales y al sentir de los militantes.
Con sólo cumplir las “complacientes” normas de sus estatutos pueden sustituir a sus dirigencias.
Germán Castañón Galaviz anunció su renuncia a la dirigencia estatal del Partido Acción Nacional. él fue el líder de éste en los dos últimos procesos electorales. En 2009 cuando se convirtieron en la segunda fuerza política y en el 2012, cuando se ven disminuidos a la cuarta fuerza electoral en Morelos y gobernarán dos municipios con menos de 70 mil votantes, lo que representa 0.5 por ciento de los electores y menos del 1 por ciento de los que acudieron a votar, de acuerdo al padrón estatal, que es de un millón 300 mil inscritos.
El PVEM gobernará cinco municipios, el PRI ocho y el PRD 13.
Para la directiva de Partido Acción Nacional, que deja el gobierno el primero de octubre, buscan ser dirigentes el ex candidato a gobernador Adrián Rivera Pérez, el ex dirigente municipal de Cuernavaca Javier López Sánchez, el secretario general Liborio Román Cruz Mejía y el Secretario de Gobierno, Oscar Sergio Hernández Benítez.
Los cuatro pertenecen a la misma generación que arribó a esa organización luego de la elección de 1988, a principios de la década de los noventa, cuando José Raúl Hernández Ávila sustituyó al grupo de panista que encabezó Jesús González Otero, actual presidente municipal electo de Cuautla, pero como candidato por el Movimiento Progresista.
Adrián Rivera Pérez obtuvo 127 mil votos, el 20 por ciento, en la eleccion del primero de julio y quedó en tercer lugar.
Fue líder de esta organización a nivel estatal desde 1996 y hasta 2002; estuvo al frente de esta organización cuando pasó de ser la tercera fuerza política en la entidad al primer lugar y durante su gestion lograron la presidencia municipal de Cuernavaca en 1997 y el gobierno estatal en el 2000. Fueron sus cinco diputados los que indujeron los acuerdos PRI-PRD en la compleja sustitución de Jorge Carrillo Olea como gobernador del estado.
Fue diputado local en la legislatura 1994-1997, cuando bajo la presidencia de la Gran Comisión de Jorge Morales Barud se aprobó la ley que creó el Instituto Estatal Electoral ciudadanizado, que organizó la elección de 1997.
Ellos impulsaron la inclusión de José Luis Rodríguez Martínez como consejero electoral fundador, quien era el dirigente de la Unión nacional de Padres de Familia que representa a estos en los Colegios Particulares y durante el actual gobierno fue Secretario de Educación.
En el 2000, impulsó la aspiración del ex dirigente estatal del PAN José Raúl Hernández Ávila a la candidatura a la presidencia municipal de Cuernavaca. Desplazó en la asamblea la intención del entonces diputado local Fernando Martínez Cué, a quien enviaron como candidato a diputado federal por el primer distrito.
En el 2002, Martínez Cué anunció su salida de la bancada de Acción Nacional y declaró que no podían expulsarlo porque era simpatizante, nunca lo integraron como militante de aquella organización. Igual denunció al grupo del entonces también diputado federal Adrián Rivera de desplazarlo por segunda ocasión de su intención de ser candidato a la alcaldía para 2003.
En aquella ocasión el candidato a la capital de Cuernavaca, fue Rivera, quien en el 2006 fue candidato a senador y en el 2009 fue ajeno a la designacion de las candidaturas para la eleccion intermedia, aunque desde 2011 trascendió que buscaría la gubernatura.
La designación de candidato al gobierno estatal en ese partido fue por primera ocasión en su historia mediante una consulta directa a la militancia. Se registraron tres precandidatos: el senador Adrián Rivera, el secretario de Programación y Finanzas Alejandro Villareal Gasca y el secretario de Obras Públicas Demetrio Román Isidoro. De los 10 mil votantes de un padrón cercano a los 35 mil apoyaron al representante popular cinco mil, y el resto quedó entre los otros dos aspirantes.
Demetrio Román se alejó del proceso electoral, semanas antes del cierre de las campañas. Alejandro Villareal acudió a manifestar su apoyo al candidato a Cuernavaca, el ex secretario de Turismo Marcos Manuel Suárez Gerard y dijo que apoyaba a Josefina Vázquez Mota -ahí estaba Mayela Alemán- así como al aspirante a la alcaldía. En aquella reunión ninguno hizo referencia al candidato a gobernador.
Javier López Sánchez fue el coordinador de la campaña de Marcos Manuel Suárez Gerard. Al inicio del actual gobierno fue coordinador de asesores y comunicación política del gobierno del Estado y los propios panistas lo han responsabilizado de algunas determinaciones que provocaron la derrota del 2009, entre las que destacan el abuso en la adquisición de propaganda visual (espectaculares, imágenes en camiones y lonas) para aquel proceso electoral, calculado en mas de 20 millones de pesos, cuando se menciono como candidata a la alcaldía a Adrian Vieyra, su esposa en aquella época, quien finalmente fue inscrita como candidata a diputada local por el Distrito IV local.
Fue también dirigente municipal del PAN y diputado local en la legislatura 2006-2009.
Liborio Román Cruz Mejia fue diputado local y presidente municipal de Jiutepec y es el secretario general de esa organización, quien se ha encargado de recopilar y documentar la historia de esa organización desde su fundación hasta el arribo de Marco Adame a la gubernatura.
Oscar Sergio Hernández Benítez -al igual que Adrián Rivera- ya fue dirigente estatal de esta organización, de 2001 a 2006, también fue diputado local en dos ocasiones -1991-1993 y 2006-2009- y fue director de la fundación Adolfo Cristlieb, secretario general del ayuntamiento de Cuernavaca y presidente municipal interino en la gestion 1997-2000. Escribió el libro La Construcción de la Democracia en Morelos, Historiografía de una Transición Democrática, 1990-2006.
German Castañón deja la dirigencia de esa organización cuando su esposa Erika Cortez, es senadora por Morelos (sustituyó a Adrián Rivera) y queda integrada como diputada local plurinominal para la próxima legislatura
EL REGRESO DE LOS CAUDILLOS
Otro partido que ha iniciado el proceso de “revisión” luego de conocer el resultado de la eleccion es el Revolucionario Institucional,
Su actual dirigente, Manuel Martínez Garrigós, estableció esta semana la que pretende que sea la agenda que deba cumplir su organización para saber, por qué se convirtieron en la segunda fuerza a nivel estatal y perdieron los cinco distritos federales que ganaron en 2009, cuando su partido logró la presidencia de la República.
Afirma que debe aplicarse una reestructuración integral inmediata. "Se requiere un cambio de abajo hacia arriba, todos los seccionales tienen que ser cambiados, los sectores, organizaciones y comités directivos municipales tiene que ser renovados, y por supuesto, la dirigencia estatal del PRI. Todos unidos, todos caminando de la mano y como un partido incluyente que somos, todos habremos de discutir lo que el Revolucionario Institucional requiere", dijo.
Esta agenda que él anuncia advierte que será al final del proceso cuando se determine la nueva dirigencia estatal.
Luego del triunfo de 2009, cuando fueron la primera fuerza, prolongaron durante más de un año la sustitución del líder estatal, Guillermo del Valle. Se registraron varias planillas y al final fueron Amado Orihuela apoyado por Manuel Martínez contra Julio Espín y Maricela Sánchez, los que se enfrentaron en un proceso abierto en el que se inscribieron más de 100 mil “militantes” y en el cual participaron poco mas de 60 mil logró mas votos el ex candidato a gobernador.
Los priistas volvieron a enfrentarse en la determinación de quién debía ser el candidato a gobernador. Existió un acuerdo que no respetaron en el que Manuel Martínez impulsaba con algunos alcaldes y diputados a Amado Orihuela y el legislador se mantenía al frente de la organización para impulsar la intención del entonces alcalde de Cuernavaca rumbo a la gubernatura.
Se registraron 12 aspirantes a la gubernatura, entre ellos Amado Orihuela. Maricela Sánchez y Manuel Martínez, acordaron respetar el resultado de una encuesta y cuando se conoció el resultado de ese estudio, un grupo de aspirantes se enfrentó al CEN del PRI y al precandidato?
Se ajustaron posiciones: Francisco Moreno fue inscrito como candidato al Senado, junto con Guillermo del Valle. La hija de Maricela Sánchez se registró en la lista plurinominal federal; Manuel Martínez fue designado presidente del Comité Directivo Estatal; Jorge Meade Ocaranza se enfrentó con Jorge Morales Barud rumbo al municipio de Cuernavaca y fue nombrado representante del candidato presidencial Enrique Peña Nieto en Morelos, mientras que Morales Barud fue el candidato a la alcaldía. Rodolfo Becerril fue candidato a diputado federal y Samuel Palma se reintegró al Comité Nacional.
En el Congreso local se integran José Agüero Tovar, Juan Carlos Rivera, Isaac Pimentel, Humberto Segura, Manuel Martínez Garrigós, Rosalina Mazari, Matías Nazario y Erica Hernández Gordillo, esta última nieta de Elba Esther Gordillo, impulsada por el Panal, con el que se coaligó el PRI.
La determinación de quién será el coordinador de la bancada priista en el Congreso estará vinculada a la dirigencia estatal del PRI en condiciones equiparables al esquema que se construyó cuando se determinó quién sería candidato a gobernador y líder del partido. Esta organización institucionalizó sus siglas para legitimar la subsistencia de su sistema de caudillos o caciques.
EL PERIODISMO POLÍTICO
En el periodismo existen cinco preguntas básicas para el inicio de una nota informativa: Qué, Quién, Cuándo, Dónde y Por Qué o Para Qué. Estas se extinguieron cuando se incluyó como generó la encuesta y el post debate.
La revisión de las propuestas, el análisis de la trayectoria de los candidatos y la necesaria comparación entre cada uno quedo sustituido por dos preguntas: ¿Quién ganó el debate? y ¿quién va arriba en las encuestas?
Hoy sólo se sabe quién ganó y qué tanto mintieron las encuestas.
Las campañas presidenciales del México del siglo XX, cuando gobernó la Dictadura Perfecta, cuantitativamente no buscaban impulsar la competencia política. Todo el país sabía que el PRI ganaba la elección, cumplían con el objetivo cualitativo de presentar al futuro Jefe del Ejecutivo federal en todo el territorio nacional y exponer su pensamiento, sus criterios sobre temas importantes para aquella época.
Muchos de esos temas no se revisaron en la última contienda. Entre ellos destaca el pensamiento que pudieron tener sobre el concepto de soberanía nacional los abanderados Enrique Peña Nieto, Josefina Vázquez Mota, Andrés Manuel López Obrador o Gabriel Quadri. Fueron horas de transmisión a través de la radio y la televisión nacional las que se dedicaron a “descubrir” qué encuestadora era la más acertada.
Al final la ventaja del que mayor votación logró fue 10 puntos porcentuales menor al pronóstico; apenas superó una ventaja “legítima” e incuestionable del 6 por ciento.
Luis Echeverría Alvarez, José López Portillo, Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo Ponce de León fueron candidatos presidenciales sin experiencia electoral previa.
Desde la fundación del PRI y hasta Gustavo Díaz Ordaz, todos habían participado en algún proceso, la misma experiencia tenían Luis Donaldo Colosio, Francisco Labastida Ochoa, Roberto Madrazo y Enrique Peña Nieto.
Hasta la campaña de Francisco Labastida Ochoa, la Secretaría de Información y Propaganda del PRI coordinaba la difusión en todos los medios de comunicación anteriores a las redes sociales, del pensamiento y el mensaje político del candidato en turno, cuál era su visión en torno a las relaciones de México con Estados Unidos, el desarrollo agrícola, la educación, la división de poderes, el fortalecimiento del pacto federal, el acercamiento con los grupos sociales de ideologías y militancias diferentes a las de esta organización, cuál era su compromiso con la educación, que prometía una cobertura universal que tardó varias décadas en cumplirse en el nivel básico.
Aquella agenda de prioridades, establecía la electrificación del territorio nacional y el aprovechamiento de la explotación petrolera. A partir de los ochenta el cuidado del medio ambiente; a partir de los noventa los derechos humanos y la carencia alimentaría.
Hasta el año 2000 se habló de satisfacer la necesidades de alimentación en las zonas marginadas del territorio nacional. Durante el gobierno de Vicente Fox se descubrió que México ingresó al liderazgo mundial en obesidad y obesidad infantil y prevalecen los problemas de alimentación.
Todos estos temas quedaron fuera de una agenda electoral judicializada, inmersa en atender los señalamiento del Plan Mérida acordado con el gobierno de los Estados Unidos. Ese fue el mensaje del final del gobierno de Felipe Calderón, el cual fue desplazado por la sobre exposición en cada emisión en algunos espacios electrónicos del resultado de las encuestas que cada 24 horas realizaron algunas “cofradías de pitonisas electorales”, y la muy puntual revisión por parte de algunos “intelectuales florero” de quién triunfaba y quién dejaba puntos en las encuestas luego de cada uno de los dos debates, que trascendieron en la memoria popular por la presencia de una desinhibida edecán.
Las crónicas de las actividades de los candidatos presidenciales, dando puntual seguimiento a quienes se ubicaban cerca del mismo; la agenda de los “elegidos” de cada abanderado, sus actitudes y mensajes “entrelineados”, se quedaron para mejor ocasión. El análisis del mensaje del candidato en torno al aniversario de la expropiación petrolera, (en 1988 la San Juan de Letrán se convirtió en eje central Lázaro Cárdenas), se ausentaron.
El último gran discurso de campaña sigue siendo el de Luis Donaldo Colosio del 6 de marzo de 1994, días antes de que fuera asesinado en Tijuana, cuando propuso la realización de la Reforma del Poder, que sigue vigente y ausente en el proyecto político nacional.
La imposición legislativa de un ley que eliminó la posibilidad de contratación de espacios publicitarios en los medios electrónicos de comunicación (radio y televisión) a los partidos políticos, a los candidatos y en una revisable violación a las garantías individuales, a los particulares y organizaciones no gubernamentales, sindicales o empresariales, provocó como primer consecuencia la “desintelectualización” de los mensajes de los candidatos presidenciales.
Expresiones de 20 segundos sancionadas por el Instituto Federal Electoral -cumpliendo el mandato de una ley que aprobaron diputados que, como candidatos, se sometieron a la misma.
Una “guerra” por la conquista de los espacios públicos, (bardas, espectaculares y traseros de camiones) sustituyeron el cumplimiento del periodismo político, que a través de los medios impreso y electrónicos, fue el elemento central del análisis de los mensajes durante todas las campañas politicas del siglo XX.
La propaganda política, dio paso a la publicidad política y las encuestas, que adivinaron quién era el ganador, pero la modificación de la cifra anunciada de ventaja deslegitimó ante algunos el resultado que maniataron en las urnas el 65 por ciento de los electores que acudieron a sufragar.
En Morelos, una encuestadora a través de un medio electrónico dio el triunfo a un candidato a la alcaldía de Cuernavaca, al que los electores le otorgaron una menor cantidad de votos. Ese conflicto advierte la necesidad de retomar la función de difundir proyectos y propuestas sobre la necesidad de establecer tendencias y adivinar vencedores y vencidos.