La posición ideológica en época del PRI dio bandazos, a veces hacia la izquierda y a veces hacia la derecha, tratando de hacer un equilibrio que lo ubicara en el centrismo más claro.
La verdad es que la Revolución Mexicana fue producto de una eclosión social y el resultado fue llevar al poder a Francisco I. Madero. En 1913 cuando es asesinado, termina la Revolución y comienza la guerra civil y el surgimiento de caudillos militares. Por eso se debe hacer la distinción de acuerdo con la tendencia de cada partido o de cada ideología, ya que en realidad son dos hechos históricos completamente diferentes.
¿Quién celebró? ¿Por qué? y ¿Cómo? Ésas son las preguntas que nos debemos hacer. Por mucho tiempo los políticos utilizaron la historia para legitimar sus acciones y sus aspiraciones. Lo mismo se usaron los héroes de la Independencia, que los de la Reforma o de la época revolucionaria. Se fueron identificando de acuerdo a su propia visión de la historia y a lo que mejor les convenía a sus intereses en el momento político. Así vimos personajes que buscaron identificarse con alguno de los héroes más connotados de la historia. Fulanito es el nuevo siervo de la nación, menganito es el Juárez de nuestro tiempo y así hasta el ridículo total.
Con el pluripartidismo vino una nueva forma de ver la historia. Para los panistas la figura de Francisco I. Madero resultaba cómoda, no abjuraban de la Revolución, pero tomaban un personaje que representaba la democracia y no el caudillismo. Es por ello que tanto los presidentes Fox y Calderón tomaron la figura de Francisco I. Madero como el revolucionario que había logrado derrocar al Porfiriato y al mismo tiempo a través del voto llegar al poder. Para ellos, ha sido central la idea de la legitimidad en un sistema democrático representativo.
Para el PRI que es realmente producto de la guerra civil que se desató después del asesinato de Madero y que su fundación se debió a uno de los caudillos militares de la guerra civil, Plutarco Elías Calles, su celebración tenía que ser tomando a los caudillos como ejemplo de heroísmo y patriotismo. Así, los del sector campesino veían a Emiliano Zapata como el paradigma de la Revolución. Los más urbanos a Venustiano Carranza y la Constitución, los más radicales y beligerantes a Pancho Villa. En fin, se fueron buscando prohombres que coincidieran con el perfil de estos políticos, tanto en ideología como en su actuación.
El PRD y la dividida izquierda también celebraron a su manera; los más enfocados a las ideas tomaron a Flores Magón como centro; los más legalistas, a Carranza y la Constitución; los más beligerantes, a Pancho Villa. Lo curioso es que siendo algunos anarquistas no hayan tomado a alguno de los anarquistas como prototipo.
Es decir, la iconografía de la Revolución daba para todos, pero la fragmentación de puntos de vista hizo que fuera deslucida la celebración, pues no hubo nunca un tema central. Acabó siendo una celebración a la Revolución como cada quien quiso interpretarla. En un sistema político con visiones ideológicas diferentes, la Revolución Mexicana tiene connotaciones diferentes.
Lo que significa los actos cívicos y las representaciones simbólicas ha ido cambiando. Normalmente, cuando hay una visión histórica unificada, el acto se convierte en un método de legitimación efectivo. Pero cuando hay división de significados políticos en un hecho histórico, la legitimación no es automática. Eso fue lo que vimos, sin un consenso sobre el significado de un hecho histórico, el acto cívico perdió importancia.