A lo largo de toda su trayectoria personal--desde los cursos motivacionales a gerentes de empresas hasta su participación en el gabinete de dos Presidentes de la República-- Vázquez Mota siempre actuó con disposición al diálogo, a llegar a acuerdos, y a conciliar. O al menos así se presentaba. Y en un sistema político fraccionado y enfrentado, rodeado de violencia como el nuestro, buscó proyectar siempre ecuanimidad, equilibrio y apertura. Quizás no le funcionó lo suficiente en Los Pinos, pero sin duda es un estilo que a sus patrocinadores en el sector privado les gusta de los políticos.
El rol le funcionó a Vázquez Mota mientras su carrera fue en ascenso, aun con los descalabros en su gestión en la Secretaría de Educación Pública. Pudo sortear las irregularidades en la cancelación de Enciclomedia, su falta de resultados en la calidad educativa e incluso su incapacidad para cumplirle todo lo que quería a la asociación empresarial "Mexicanos Primeros". Su imagen siguió siendo positiva, aun con los crecientes cuestionamientos al interior del gobierno a su desempeño y lealtad al Presidente.
Pero los reveses que ha enfrentado, y enfrenta, la han hecho dependiente de sus asesores más aguerridos y rijosos, tanto los que provienen de su cuarto de guerra en la SEP, como los que se han incorporado más recientemente a la campaña presidencial. Y ahora su frustración por no obtener tracción frente al puntero Enrique Peña Nieto (o aun ante López Obrador a quien ya había descontado en un lejano tercer lugar), ha focalizado el mensaje de Vázquez Mota en la descalificación. Profesionales que han hecho su dinero y carrera en la guerra (electoral) sucia le recomendaron golpear a Peña Nieto, al PRI, a sus operadores regionales, sus aliados, e incluso a los fantasmas del pasado.
Y en este contexto y estrategia, puso al aire un spot diferente. Un spot dirigido a atacar a una ciudadana que no es candidata o líder de partido u ocupa puesto público. En un hecho sin precedentes, inusitado --y preocupante-- se utilizan recursos públicos y espacios de televisión y radio para denostar a Elba Esther Gordillo, líder de los maestros. En un spot dedicado directamente a ella, Josefina Vázquez Mota distorsiona la realidad para intentar engañar a la opinión pública cuando dice: "una mala maestra prefiere tomar las calles que enseñar valores". Se trata de un ataque en tiempos de campaña en radio y televisión pagado con dinero público. El spot sentencia: "Elba Esther Gordillo no frenará más la educación de este país..."
¿Cuáles son los principios y límites de la ley y la democracia mexicana para permitir que, con prerrogativas y acceso a los medios de comunicación, un candidato a la Presidencia de la Republica pueda atacar, de manera repetida y en todo el ciclo de información y noticias, a una persona que se encuentra al margen formal de la contienda electoral? Como los Consejeros del IFE claramente no entendieron las implicaciones de lo que está en juego en un spot de esta naturaleza, quedaría recurrir ante el Tribunal Electoral Federal y hacer valer el derecho constitucional de réplica.
Mientras tanto, la campaña de difamación contra la Maestra Gordillo continúa en espectaculares en las principales calles del país con el slogan "Adiós Elba"; una amenaza con un dejo autoritario sin duda. ¿Hasta ahí quiere retroceder Josefina en la marcha democrática del país? ¿Su estrategia es usar sus recursos para golpear a una ciudadana con la que difiere políticamente? ¿Así va a dejar la escena pública el 2 de julio?
*Doctor en Ciencia Política por Harvard; ex consejero electoral del IFE
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