Efectivamente se generaron en el estado 1,542 empleos de noviembre del 2008 a marzo del 2010, pero en ese mismo período la población se incrementó en por lo menos en 13,700 habitantes, si consideramos el crecimiento poblacional que ha venido registrando Morelos según el INEGI, por lo que dista mucho de ser un gran logro como para sentirse orgulloso que haya 1,542 nuevo afiliados pero con 13,700 pobladores. Es decir, sigue la mata dando a toda su capacidad “ninis”, que son ciudadanos sin empleo y sin escuela y que muchos de ellos terminarán en la delincuencia.
Además no se dice, lo que el Banco de México publicó en su informe enero marzo 2010 del mercado laboral nacional, que los empleos generados están con una paga muy baja que va en el mejor de los casos de dos salarios mínimos, tres mil dos cientos sesenta y ocho pesos mensuales y en el peor y por increíble que parezca empleados que no perciben paga y quizás van al trabajo haber si se abre una oportunidad remunerada después, en cambio los empleos con una paga superior que van de dos salarios mínimos para arriba siguen desapareciendo. En conclusión, los empleados capacitados y los profesionistas seguirán sufriendo para conservar su empleo, si es que tienen la suerte de tener uno, ni hablar de querer buscar, porque los que había se están extinguiendo.
Ante ese panorama tan desolador en el empleo, tanto a nivel nacional como estatal y que se traduce para los desempleados en una tragedia personal y hambre, mejor comprendida por quienes la hemos padecido, se hace URGENTE atacar el problema y forzar a la clase política corrupta e incapaz que nos gobierna a reformar la Ley Laboral que mucha pobreza está generando, y que beneficia fundamentalmente a líderes obreros y políticos corruptos y es la simiente de conflictos entre los generadores del empleo y los trabajadores, que al estar sobreprotegidos, no enfocan todas sus energías en ser más productivos, sino en que se les despida o inventar que se les despidió, para cobrar una indemnización que dista mucho de resolverles el problema económico, pero eso sí, causa grandes pérdidas de productividad a las empresas y enriquece algunos abogados laboralistas inescrupulosos.
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