Gustavo Viniegra González
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El 19 de junio de 2017 apareció en New York Times una nota indicando que un grupo de periodistas y activistas de los derechos humanos de México, era espiado por un programa llamado Pegasus, vendido a distintos gobiernos por la empresa israelí NSO Group. Este programa parece un relato de ciencia ficción inventado por George Orwell, pero es una realidad y podría tener consecuencias funestas, dado que los gobiernos totalitarios pueden llegar a extremos de persecución y exterminio, como sucedió en Camboya de 1975 a 1979. Por eso es pertinente examinar el alcance y las posibles consecuencias de este problema.
En 1949 George Orwell publicó la novela premonitoria “1984” con un misterioso Big Brother y otros colegas secretos del imaginario Partido Socialista Inglés, convertido en el Partido Exterior, dedicados a controlar el pensamiento y las vidas de todos mediante los Ministerios de: la Verdad (invención de la historia), el Amor (lavado de cerebro y torturas) el Bienestar (manejo del hambre) y la Paz (dirección de la guerra). Esta novela fue vista como una fantasía hasta que en 1975, en Camboya, el Hermano Número Uno apodado Pol Pot (Saloth Sar), junto con el Hermano Número Dos, apodado Nuon Chea (Lau Kim Korn) y el Hermano Número Tres, apodado Ieng Sary (Kim Trang), tomaron el control de ese país mediante el derrocamiento de la dictadura establecida por Lon Nol. Estos dirigentes camboyanos formaron una organización secreta apodada Angkar, surgida del Partido Democrático de Kampuchea y encabezaron la matanza de más de un millón de personas. Su teoría se sustentaba en el poder creativo e innovador de las masas y la elevación de la productividad agrícola mediante la construcción de presas y canales con trabajos forzados. Cerraron todas las universidades, las escuelas y casi todos los hospitales. Despoblaron las ciudades, asesinaron a intelectuales, periodistas, políticos, militares, maestros, médicos, comerciantes y a cualquier sospechoso de tibieza radical. Angkar ejerció el control político mediante la oficina secreta S-21 que torturó a miles de sospechosos y creó la teoría de la conspiración universal de todos contra todos.
Ahora, las redes sociales pueden ser usadas para establecer la dictadura del Big Brother porque es posible espiar a todo mundo que coloca sus datos en Facebook o simplemente usa el teléfono celular. La CIA (Central Inteligence Agency) y la NSA (National Security Agency) han espiado a jefes de estado como Enrique Peña Nieto, Dilma Rousseff o Ángela Merkel, según lo revelaron Julián Assange de Wikileaks y Edward Snowden ex empleado de la CIA. La empresa israelí NSO Group ha desarrollado el programa Pegasus vendido a un número desconocido de gobiernos. Este programa, al instalarse en los celulares, permite observar y grabar las actividades privadas de las personas intervenidas. Los investigadores del Citizen Lab, situado en la Munk School of Global Affairs, de la Universidad de Toronto, Canadá, descubrieron la intervención en México de los teléfonos de periodistas, abogados e incluso de un menor de edad. Estas intervenciones se realizaron mediante mensajes apócrifos de la Embajada de EUA o de Alerta Amber y han dado lugar a una denuncia ante la Procuraduría General de la República (PGR).
En EUA Richard Nixon fue destituido como presidente por haber mandado espiar a los demócratas y Donald Trump tiene serios problemas por haber pronunciado un discurso invitando al gobierno ruso a espiar en los archivos de Hillary Clinton. Aquí, el presidente Enrique Peña Nieto reconoció que sí habían comprado ese tipo de programa para cuidar la seguridad nacional, pero negó enfáticamente que hubieran espiado a los periodistas. Quizás el problema se deba a una agencia secreta del gobierno que opera fuera de la ley. En ese caso estaríamos en manos de funcionarios que operan sigilosamente como la oficina S-21 de Angkar en Camboya y va a ser más difícil de investigar que las intrigas de la Casa Blanca en Washington.
En conclusión: el espionaje ilegal de los ciudadanos por agencias secretas del gobierno no es una fantasía inventada por George Orwell. Es una realidad que nos afecta y debe ser combatida para evitar que caigamos en los excesos totalitarios como los sufridos en Camboya.
[1] A Ahmed y N Perlrothjune (1917) “Using Texts as Lures, Government Spyware Targets Mexican Journalists and Their Families” N. York Times. Junio 19, 2017
[2] G. Orwell (1949) “1984”. https://www.planetebook.com/ebooks/1984.pdf
[3] F. Ponchaud (2001) ”Cambodge anné zero” Kailash Editors. DP Chandler (1991) “The tragedy of Cambodian History” Yale University.
[4] http://wikileaks.jornada.com.mx/notas/bajo-la-mirada-david-brooks/?searchterm=None