Pablo Rueda
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El jueves 21 de septiembre salió del Instituto de Energías Renovables (IER) de la UNAM, la brigada Ticumán para ayudar a los pueblos pequeños de Morelos afectados por el sismo del 19 de septiembre. Muchos lugares de Morelos están afectados por el sismo y Jojutla fue el más mencionado. Sin embargo, otros poblados más pequeños como Ticumán, Tlaquiltenango y San Pablo Hidalgo no se habían atendido.
La brigada del IER de la UNAM estaba integrada principalmente por estudiantes de la licenciatura y la maestría de ingeniería en energías renovables de la UNAM, la unidad de comunicación de la ciencia, la secretaría de innovación, personal administrativo, nuestra querida psicóloga Magali, el investigador Jorge Wong y los grandes choferes Erik y Adrián que conocían bien el trayecto. En total, fuimos alrededor de 30 personas con la humilde tarea de ayudar en lo que se necesitara.
En Ticumán llegamos a la plaza y nos encontramos con que había personas recibiendo apoyos que no necesitaban, así que nos dirigieron a la Casa Municipal, donde se estaban administrando todas las donaciones. Ahí fue nuestra primera experiencia de trabajo en equipo, sacar todas las aguas donadas fuera para que hubiera más espacio y clasificarlas de menos de un litro, un litro y más de un litro. Fue un trabajo agotador, pero en unos cuantos minutos la brigada Ticu acomodó todas las botellas de agua. Luego nos enteramos de que habíamos trabajado en balde y se regresaron las botellas de agua al lugar original, una falta de planificación de quienes dirigían la operación.
De ahí, una parte de la brigada del IER-UNAM se dirigió al poblado de San Pablo Hidalgo, Morelos, que se encuentra a una hora de Ticumán, para ayudar en las viviendas.
A nuestra llegada nos dimos cuenta de que antes no había llegado nadie al modesto poblado. De inmediato sus habitantes solicitaron nuestra ayuda, lo cual habla de que habíamos llegado al lugar correcto. Ahí ayudamos en cinco casas, todas ellas muy modestas, pero que estaban a punto de caer o caídas. Lo primero fue ayudar a un señor cuya casa estaba a punto de colapsarse. La brigada del IER sacó todas sus pertenencias. En la labor nos encontramos con dos arañas violinistas, según narró Héctor, estudiante experto, las arañas mortales, pero seguimos sacando las pertenencias del damnificado. Héctor nos señaló que hay que tener mucho cuidado con las arañas y los alacranes en las labores de rescate. En pocos minutos todo estaba afuera.
Posteriormente fuimos a cuatro casas, donde ayudamos a remover los escombros y permitir que su dueño pudiera cerrar su propiedad, quitar los escombros de las casas y transportar las láminas y vigas de una casa derruida a un terreno vecino. En total la brigada Ticumán de la UNAM atendió a cinco casas de San Pablo Hidalgo, cuyos dirigentes se mostraron muy agradecidos por la colaboración de la UNAM. Vale la pena señalar que personas solidarias de Morelos nos repartieron un lunch, con el cual la brigada Ticumán pudo comer su torta.
El trabajo que representa mover tabiques y palear escombros requiere gran fuerza. Por supuesto fueron los estudiantes del IER quienes más trabajaron, aunque el doctor Wong cargó muchas vigas. Yo que ya he tenido varias hernias, me tuve que cuidar y cargar sólo láminas. Pero todos ayudamos… Fue un trabajo agotador pero trabajamos en equipo. Y con orgullo representamos a la UNAM.
En mi caso, me di cuenta que no tenía la misma energía de hace 20 años, pero hice lo que pude. Por supuesto, me quedó claro que los jóvenes son los que tienen más energía, pero también la tercera edad apoyó a los damnificados por el sismo. Así que no sólo los jóvenes ayudan, sino también la tercera edad.