Pero es con la Estudiantina de la Escuela Minerva donde abre un espacio que no ha podido superarse. Con él, prácticamente, surge una generación de músicos que posteriormente trascendieron local, nacional y hasta internacionalmente, todos ellos morelenses.
Los que ya no nos cocinamos al primer hervor recordamos emocionados aquellos programas de televisión en blanco y negro del concurso nacional de estudiantinas. Lo patrocinaba la empresa cerillera que en el reverso tenía el hermoso dibujo de un paisaje de lugares del país. Eran clásicos esos cerillos, coleccionables por miles de mexicanos, porque además conocíamos rincones de nuestra tierra antes que la modernidad los pusiera al servicio del computador a través de la red. Trabajo único, finísimo, con una penetración increíble entre los grandes sectores populares. Orgullo gigantesco que el autor de todas y cada una de esas pinturas sea otro morelense ilustre, apreciado, reconocido y todavía no correspondido por su tierra: el maestro Jorge Cazares Campos, una institución dentro y fuera del país. Morelense de excepción.
El profesor Sergio Bellón preparó un grupo musical, los arreglos, la logística, creemos que hasta de su bolsillo ponía para el vestuario de la Minerva, los tuvo en friega meses y meses, lo hizo con pasión. Semana a semana, los hogares mexicanos –y en Morelos los que tenían televisor se atiborraban de vecinos— presenciaban el importante certamen. De las decenas de estudiantinas participantes solo una, la ganadora, viajaría a España; era el gran premio precisamente encontrarse con este tipo de grupos coral-musicales en su mera cuna. No sabe el columnista exactamente cómo se llamen, pero son toda una tradición.
Pasaban las semanas, se hicieron meses y la Estudiantina Minerva de Cuernavaca, Morelos, ahí seguía, venciendo a sus homólogas de sitios que suponemos tienen mayor apoyo y tradición como Guanajuato, Jalisco, Nuevo León, el propio Distrito Federal -era un certamen donde no sólo se valoraba la calidad coral y musical sino tenía como segmento más importante el conocimiento. En ese terreno el profesor Bellón se pulió: exploró entre los que eran más aplicados, los fue preparando y dieron la batalla. Llegaron a semifinales. Y la gran final los esperaba. Era el tema de Morelos completo, ya en Amacuzac que en Huitzilac, ya en Axochiapan que en Tetela del Volcán. Los cafés de Cuernavaca y Cuautla se llenaban y era obligado hablar al respecto. Parecerá extraño pero es común entre la gente de fe, pero se compraban más veladoras que de costumbre: muchos hogares de nuestra tierra se iluminaron para que la Estudiantina, “su” Estudiantina, la Minerva, la de Cuernavaca pero Cuernavaca es Morelos, ganara.
Lo hicieron. Aquí explotó la algarabía y nuestros representantes dentro del foro de televisión –en vivo por cierto y por el principal canal de la época y actual, el dos—, que llevaron a cuando menos 10 camiones urbanos auspiciados por don Agustín Pedraza Ávalos (padre del secretario particular del procurador de Morelos, Pedro Luis Benítez Vélez, el que en los hogares llamaban “chilpayate”, el menor, Agustín Pedraza Montes de Oca), armaron todo un carnaval. Morelos no durmió hasta altas horas de la noche, hubo celebración grande y, según comentarios de nuestros ancestros, en esos días la recepción a “los héroes” de la Minerva y a su hacedor, Sergio Bellón, fue solamente comparable con otro acontecimiento en la década de los 50’s: la coronación del Marte de la primera división profesional de fútbol como campeón de liga en el Estadio Centenario.
Le debemos mucho al profesor Bellón; algunos tuvieron la oportunidad de reconocérselo en vida, pero muchos no se enteraron. Por ello la obligación de recobrar historias que parte de una obligación hecha con gente de Morelos, que hace años empezamos en este quehacer, de no sólo cansarlos del comentario político, sino sacar las raíces de nuestros valores. Sergio Bellón es uno de ellos. En lo personal, la familia le tenía un gran afecto por el trato preferencial a la jefa, La Güera Frikas, que lo mismo llevaba a programas de César Costa y la guapa Rebeca de Alba a cocinar huevos en salsa verde con guajes, que la entrevistara en su negocio Raúl Velasco y su popular programa “Siempre en Domingo”, que aparecía como invitada de Nino Canún y Óscar Cadena.
¿Por qué del recuerdo hoy de don Sergio Bellón? Se refresca cuando vemos una fotografía donde están dos amigos del que escribe, el presidente municipal Manuel Martínez Garrigós y “El Rey del Bolero” Carlos Cuevas y los flanquea una persona que parece conocida pero no damos hasta que leemos “el pie” de la gráfica: Antonio Bellón. Es el organizador de la Feria Cuernavaca 2010 y es hermano del siempre bien recordado maestro Sergio. Sí, Morelos tiene una deuda con don Sergio y que bueno que la presencia de su sangre nos permita recrear y gozar recuerdos como los de la Estudiantina “Minerva” de Cuernavaca, campeona nacional y digna representante de México en el Festival Mundial de Estudiantinas en algún lugar de España.