Si comparamos los indicadores de nuestro país en términos de actividad tecnológica y de innovación con otros países, tenemos un rezago monumental en términos de número de patentes solicitadas, transferencias tecnológicas o creación de empresas de base tecnológica. Es por ello imperativo lograr la transición de México hacia una economía basada en el conocimiento. Sin embargo, la realidad es que las industrias innovadoras en México son muy pocas. Sólo creando una nueva industria tecnológica será posible asimilar el avance científico nacional y alcanzar un nivel competitivo a nivel global, así como generar los empleos bien remunerados que no ha generado la economía mexicana, y que tanto demanda nuestro país.
Hay que generar acciones que contribuyan a cambiar la realidad industrial de nuestro país, creando un dinámico sector privado, sustentado en la ciencia, tecnología e innovación. Si las empresas “tradicionales” no lo han logrado, hay que fomentar la gestación de una nueva generación de emprendedores que lo hagan. Las empresas de base tecnológica representan una oportunidad única para dar empleo a los egresados de los programas de posgrado nacionales, que actualmente enfrentan graves dificultades para encontrar empleos bien remunerados.
En particular, en mi área de experiencia, la biotecnología, México y Morelos tienen un muy buen nivel. Los científicos morelenses publican en las mejores revistas internacionales. Sin embargo, hay todavía una brecha muy grande entre las contribuciones de los investigadores y los productos o servicios derivados de ellas que ya se encuentran en el mercado.
Hay que resaltar que, si bien escasos, en México hay ejemplos de emprendimientos científicos exitosos hechos por académicos o ex alumnos de posgrado. Estas iniciativas han demostrado, aún bajo las condiciones más adversas para su desarrollo que se han dado en el pasado reciente, que es posible crear empresas de alta tecnología que ya están beneficiando a las instituciones de investigación mediante el pago de regalías.
En México tenemos buena ciencia y algo de tecnología, pero nos falta innovación. México ha logrado convertir el dinero en conocimiento al becar a estudiantes y generar infraestructura científica en el país. El problema es que el país no ha logrado convertir, posteriormente, ese conocimiento en dinero.
Invertir en innovación para una economía ha mostrado resultados que pueden verse en todo el mundo: cuando la economía de los países depende relativamente poco del conocimiento, el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) es muy pequeño; sin embargo, los cambios incrementales en la dependencia de la economía del conocimiento generan cambios exponenciales en el ingreso per cápita de los países. El problema de México, es que se encuentra en el lado donde los incrementos todavía son pequeños.
Por otra parte, datos del Inegi refieren que la mayor parte de la población (alrededor del 30%) obtiene un salario de hasta dos salarios mínimos, resultado de empleos de baja productividad en el sector informal. Cerca del 50% de los desempleados concluyeron sus estudios en los niveles de bachillerato y licenciatura e incluso 41% de los profesionistas en ciencia y tecnología no tienen un trabajo relacionado con su preparación.
Las empresas que demandan personal de alta especialización (que son los mejor remunerados) son muy pocas, por lo que hay que crearlas. Por ejemplo, en el Campus Morelos de la UNAM se han fundado 20 empresas de base tecnológica y que han sido iniciativa de jóvenes egresados y académicos formados en sus aulas y laboratorios. Espirulina congelada, microscopios educativos, servicios de análisis de ADN, bacterias y hongos para la agricultura, y los ya mundialmente conocidos antivenenos, son algunos de los casos de éxito de estas empresas. Son empresas que ya tienen productos en el mercado. Muchos de estos casos fueron encabezados por estudiantes que, con el trabajo de su tesis, generaron una tecnología, fundaron una empresa, y licenciaron la tecnología que desarrollaron y ahora le pagan regalías a la UNAM por la venta de estos productos. Hay sin duda otros ejemplos de esta actividad en Morelos, aunque no parece estar bien documentada; sin embargo, el número de empresas no es mayor a dos dígitos, lo que parece incipiente para una comunidad en donde hay más de 2,000 investigadores y más de la mitad de ellos pertenecen al Sistema Nacional de Investigadores.
La industria biotecnológica innovadora que cambiará México y Morelos hay que crearla y los egresados de posgrado y los emprendedores, son quienes pueden poner en marcha estas empresas. Estoy convencido que la biotecnología es imprescindible para México y que desde la ciencia bien hecha siempre surgen aplicaciones industriales. Lamentablemente, las condiciones actuales del país y en particular las del estado, no están fomentando la innovación, puesto que desaparecieron prácticamente todos los fondos y programas que la apoyaban.
Sin duda, erradicar la pobreza es un objetivo fundamental de toda sociedad y los gobiernos deben hacer todo lo posible para lograrlo. Sin embargo, en mi opinión, con empleos de dos salarios mínimos, sin aspiraciones para incrementarlos, la pobreza nunca se erradicará.
En México y en particular en Morelos, la ciencia, la tecnología y la innovación requieren que el gobierno haga un fuerte golpe de timón en las políticas de fomento a estas actividades, en particular a la innovación, para lograr que Morelos, aprovechando su muy rica comunidad científica, logre crear el bienestar al que todo el pueblo morelense aspira. Ello es, sin duda, un objetivo muy ambicioso, pero también serían muy ambiciosos los resultados, pero no veo otra manera para que Morelos pueda hacer un cambio significativo en los niveles de bienestar de su población. Este esfuerzo requerirá de muchos recursos, de mucho talento y de políticas agresivas de fomento. De otra manera, sólo aspiraremos a mantener el status quo o a mejorarlo marginalmente. El próximo gobierno de Morelos, tiene que decidir si le apuesta a la innovación para cambiar el estado.
Un comentario final. El 6 de junio de 2018, escribí un artículo de opinión en esta sección [1] y lamentablemente, debo decir que varios de los planteamientos hechos en ese entonces, siguen siendo válidos casi 6 años después y que, tristemente, muchas de las condiciones de estas áreas -que considero estratégicas-, están seriamente deterioradas.
[1] https://www.launion.com.mx/opinion/sin-embargo-se-mueve/noticias/125554-ciencia-tecnologia-e-innovacion-areas-estrategicas-del-estado-de-morelos-las-estan-considerando-los-candidatos.html