“Ahora que se reanudaron las obras sobre la avenida Morelos, y conociendo los tiempos programados para la ejecución de las siguientes etapas, creo que valdría la pena preguntar y alertar a las autoridades municipales, por si no lo han visto, respecto a lo que sucederá con el tráfico de la ciudad cuando se empaten la tercera etapa (septiembre), la Feria del Tlaltenango y las obras en la Glorieta de Zapata (colonia Buena Vista). Si no se preparan, aquello estará bastante difícil”.
Me parece que el señor Félix tiene razón. La rehabilitación integral de la importante arteria citadina, desde dicha glorieta hasta la calle Motolinía (segunda etapa), empezó ayer y concluirá el 30 de mayo. La tercera fase iniciará el primero de septiembre y terminará el 30 de noviembre, abarcando el tramo comprendido entre Motolinía y el Calvario. La tercera etapa, además del concreto hidráulico, contemplará también la introducción de drenaje, el cambio de la red hidráulica donde haga falta, la reparación de cables telefónicos si es necesario y la instalación subterránea del cableado eléctrico.
Coincido con Francisco Félix: si el Ayuntamiento no se anticipa tocante a los tiempos, de cara a lo ya advertido, habrá graves problemas. La tercera etapa, que incluye tramos densamente poblados y caracterizados por una actividad comercial intensa, requerirá de un trabajo dinámico, arduo y acorde a un eficiente y planificado calendario de obra, anticipándose a los aspectos técnicos que, en el caso de la energía eléctrica, deberán implementarse.
En torno a la reconstrucción de la avenida Morelos, desde la glorieta Las Palmas hasta Chipitlán, ayer comenté que el Ayuntamiento se tardó seis meses, lo cual fue un error. El tiempo no superó los cuatro meses que, según la óptica de prestigiados urbanistas, entre ellos el arquitecto Enrique Ramos Zepeda, presidente de la Alianza de Transportistas de Morelos (ha desarrollado los proyectos de centrales camioneras en varias capitales estatales, incluida la terminal Taxqueña del Distrito Federal), debió ser de tres meses como máximo. Cabe subrayar que la rehabilitación de la avenida Morelos, en la primera etapa, causó muchísima molestia a quienes viven, trabajan sobre ella o la utilizan como vía de comunicación hacia la zona norte de la capital morelense. El tránsito se tornó insoportable debido a la falta de vías alternas. No existen. La segunda etapa, quiérase o no aceptar por quienes participan en el movimiento social de rechazo, no será igual a la primera porque sí hay alternativas viales. Pero respecto a la tercera habrá un berenjenal sin las providencias aludidas. Sobre todo, hay incredulidad frente a las “fechas fatales” anunciadas anteayer por el alcalde Manuel Martínez Garrigós. Lo deseable es que la obra se ejecute a todo vapor, sin ningún descanso.
En cuanto a los perjuicios causados ayer por la Federación Auténtica del Transporte, que encabeza Dagoberto Rivera Jaimes, y Rutas Unidas de Cuernavaca, cuyo presidente es Aurelio Carmona, es necesario preguntar: ¿Se les aplicará con rigor la Ley General del Transporte vigente en Morelos? ¿Les serán canceladas las concesiones tras haber dejado sin servicio a miles y miles de usuarios varados a lo largo y ancho de la zona metropolitana de Cuernavaca? ¿Qué culpa tiene la sociedad morelense ante los desacuerdos de personajes adscritos a los partidos Acción Nacional y Revolucionario Institucional? ¿Ya advirtieron las autoridades estatales y municipales que la paralización del servicio, bajo el pretexto de la reanudación de obras en la avenida Morelos, sirvió a los permisionarios para medir fuerzas ante futuros chantajes?
Desde las postrimerías del periodo gubernamental (temporal) de Jorge Arturo García Rubí y en los albores de la administración después encabezada por Sergio Estrada Cajigal, los morelenses no habíamos atestiguado, hasta ayer, las medidas de presión utilizadas por Dagoberto Rivera y Aurelio Carmona. Más allá del forcejeo político latente entre el PAN y el PRI, lo ocurrido ayer convirtió a la ciudadanía en rehén de unos cuantos y en pagana de los platos rotos. Además, fue una clara señal sobre el contubernio existente en el pernicioso y convenenciero binomio concesionarios-directivos del transporte. MMG encabeza la lista que contiene los nombres de quienes podrían obstruir las aspiraciones electorales de conocidos actores políticos. ¿Quiénes serán los siguientes?
Finalmente diré que el 8 de marzo deberán comparecer ante el área de Justicia Alternativa de la PGJ los protagonistas de la carpeta de investigación SCO1/6201/2010, de fecha 6 de julio de 2010, abierta bajo la promoción de la regidora Vera Sisniega Aspe. Además, tendrán que concurrir MMG y Juan Jaramillo, asesor de la comuna cuernavaquense. A ver.