El 25 de octubre de 2004 escribí un artículo denominado “Prospectiva sobre la zona metropolitana de Cuernavaca”, conteniendo importantes datos de una extensa investigación denominada “La Ciudad de México: historia y prospectiva”, dada a conocer durante un foro auspiciado por la institución del 7 al 9 de noviembre de 2003. Ahí se analizó la cultura y la historia urbana, la organización política y el territorio, las empresas urbanas, la capital como símbolo, la construcción y la expansión de la mancha urbana, la ciudad y los actores sociales, los espacios homosexuales y la identidad en la Ciudad de México.
¿Qué relación tenía dicha investigación con quienes residimos en Morelos, pero concretamente en la ciudad de Cuernavaca? Mucha, porque la problemática enfrentada por la capital mexicana nos afectaba y continúa afectando. Basta decir que Cuernavaca, hasta hoy, se convierte a diario en una ciudad dormitorio del DF, mientras los familiares de quienes desarrollan allá su cotidianeidad laboral, coexisten entre nosotros de manera “normal”. Los fines de semana somos una “ciudad satélite” de la gran urbe.
Me parece que el trabajo elaborado por el Instituto de Investigaciones “José María Luis Mora” en 2003 sigue vigente hasta ahora, pues el diagnóstico aborda el tema de las posibles tendencias y escenarios que puede tener la ciudad de México y, junto con ella, otras ciudades que conforman la corona regional y que cada vez más están interrelacionadas y funcionan como una unidad, “que al tener ahora otra escala rebasa la explicación que nos ofrecían muchas de las teorías y de los paradigmas que se han utilizado hasta hoy para el análisis del crecimiento, las transformaciones y la expansión de las ciudades”.
“Los demógrafos nos informan que la dinámica del crecimiento de la población en la región Centro ha llegado a un límite, y que no pesa ya tanto el fenómeno de las migraciones; en algunas zonas, como en el DF, la tasa es incluso negativa, debido a la expulsión de habitantes hacia otros municipios conurbados”. Se observa que el ritmo de crecimiento de la corona de la ciudad de México (que incluye las ciudades de Toluca, Pachuca, Tlaxcala-Puebla, Cuautla-Cuernavaca) ha sido superior al del conjunto del país.
“Surgen entonces factores inherentes al concepto de competitividad (por ejemplo la calidad de vida de sus habitantes) que resultan ciertos en cada caso. En el de la corona regional, en la que se incluye también a Querétaro, resulta significativo que esta ciudad se encuentre en un rango alto de competitividad, mientras que Cuernavaca y Puebla en un rango medio, y Toluca, ciudad de México y Pachuca estén en el más bajo; aunque cada una de ellas tiene diferentes grados de competitividad por sectores y de especialización de actividades”.
La alta densidad demográfica en la “corona urbana” (actualmente hay en ella más de 22 millones de personas) ha generado graves problemas para la convivencia social. Las ciudades se han descentralizado, dispersado y fragmentado. Son como “nebulosas”, dicen algunos autores franceses. Otros prefieren la imagen de las ciudades que se “desparraman”, y al hacerlo, los espacios y los usos urbanos y rurales se entrelazan, e incluso existe el interés por conservar las características de lo rural: áreas verdes, paisaje, aire limpio, aunque no resulta clara la forma en que eso debiera concretarse.
Es así como llegamos a la víspera cuando, en sesión de Cabildo, el Ayuntamiento de Cuernavaca anunció que ratificará un convenio de coordinación del proceso tendiente a la ejecución, evaluación y en su caso la modificación del Programa de Ordenamiento Ecológico de la ciudad, a fin de evitar que barrancas, ríos, zonas boscosas y fauna local sean devastados por el hombre y con ello se continúe afectando el clima privilegiado de Cuernavaca. El encargado directo de la acción será el alcalde Manuel Martínez Garrigós, facultado para ello por dicho cuerpo edilicio. Ojalá y así sea, pues las recientes obras de reconstrucción de la avenida Morelos han demostrado la anarquía –entre otras cuestiones- para conducir las aguas residuales. En infinidad de casos se detectaron descargas clandestinas, con graves perjuicios al entorno ecológico y a la salud pública en general.
Por cierto, en la misma sesión de Cabildo se conoció sobre la iniciativa de Ley que determina las bases para la asunción de funciones de parte del Estado, de la seguridad pública, policía preventiva y tránsito municipales, remitida a los Ayuntamientos por el diputado Andrés González García, presidente de la Comisión de Seguridad Pública y Protección Civil de la LI Legislatura local. Esto se refiere a la creación de un mando único, desde el gobierno estatal que, según el punto de vista de dicho legislador, no va a proceder tal como se plasma en la iniciativa del Poder Ejecutivo, pues vulneraría preceptos constitucionales federales. Empero, sí es posible establecer un convenio específico de colaboración entre el Ayuntamiento y el Estado con el mismo objetivo, siempre y cuando no se violente la soberanía municipal. A ver.