Así las cosas, uno de los asuntos latentes es el caso del ex secretario de Seguridad Pública del Estado de Morelos, Luis Ángel Cabeza de Vaca, actualmente preso en un penal de Tepic, Nayarit.
Hoy puedo anticiparles que Guillermo Pasquel Hernández, su abogado defensor, atraerá los reflectores la semana próxima luego de haber sorteado múltiples obstáculos procesales en el ámbito jurisdiccional respectivo, en la capital nayarita. Por citar un ejemplo, diré que le fueron aceptadas infinidad de pruebas contundentes que desvirtúan los dichos de Sergio Villarreal Barragán (alias El Grande), en el sentido de que el clan de los hermanos Beltrán Leyva le pagaba cierta cantidad mensual a Cabeza de Vaca para disponer de su colaboración y encubrimiento al cártel, amén de que un día –presuntamente- envió el helicóptero de la Secretaría de Seguridad Pública a un rancho ubicado en el sur de nuestra entidad para rescatar a Arturo Beltrán Leyva, al propio Sergio Villarreal Barragán y a Edgar Valdez Villarreal (alias La Barbie), entre otras personas, antes de ser detenidos por el Ejército Mexicano, lo cual nunca ocurrió debido a la oportuna aparición de la aeronave. A ver. Estaremos pendientes y luego diremos.
Cambiando de tema, pero refiriéndome de nuevo al poeta Javier Sicilia Zardaín, es importante comentar su interés por reunirse con Julio de Jesús Radilla Hernández (alias El Negro Radilla), quien junto con varios compinches asesinó a su hijo Juan Francisco Sicilia Ortega y seis personas más la madrugada del 28 de marzo del presente año. De concretarse ese encuentro, que deberá ser autorizado por las más altas esferas gubernamentales del país (no solo por Maricela Morales, procuradora general de la República, sino por sus superiores inmediatos), nos otorgará material para rato.
Sobre el tenor es importante recordar la esencia ideológica de Sicilia Zardaín, estructurada desde su mocedad bajo principios cristianos (quizás de la democracia cristiana o la social democracia), de fuerte raigambre social. A principios de los años setenta se le evoca en Cuernavaca al lado de Iván Illich (Viena 4 de septiembre de 1926- Bremen 2 de diciembre de 2002), pensador austriaco que, durante gran parte de su vida, formuló profundas críticas a la educación escolar, la medicina profesional y de patente, el trabajo ajeno y no creador, y el consumo voraz de energía necesaria para el desarrollo económico como una negación de la equidad y la justicia social, entre otros temas.
Sicilia Zardaín atestiguó la fundación (por parte de Iván Illich y sus simpatizantes) del Centro Intercultural de Documentación (CIDOC), otrora ubicado en la colonia Rancho Cortés de Cuernavaca. Ese lugar (sede de hermosas gringas) fue objeto de gran intolerancia oficial, en tiempos de la guerra fría y la existencia de bloques comunistas e imperialistas, etcétera. Empero, fue real el respaldo que desde el CIDOC se otorgó para conformar las comunidades eclesiales de base propugnadas por el entonces obispo Sergio Méndez Arceo. Sicilia, al entrevistarse con El Negro Radilla, podría tener como objetivo básico y aspiración legítima otorgar el perdón al peligroso sicario e iniciar su luto; pero la entrevista, de llegar a darse, sería emblemática en torno de un nuevo y carismático líder. De por sí, el poeta ya demostró capacidad de convocatoria ante propios y extraños, generando escozor en la clase política nacional y colocándose al frente de miles de ciudadanos que espontáneamente lo siguieron. A ver.
Finalmente debo referirme a lo que parece ser una nueva escalada de ataques dirigidos al alcalde de Cuernavaca, Manuel Martínez Garrigós. Hoy por hoy me parece que el gobernador Marco Adame Castillo se encamina hacia el final de su administración sobre una ruta paralela a la del Partido Acción Nacional, cuyos principales exponentes, en aras de evitar su derrota en 2012, van también por su lado atacando a los rivales más fuertes que se enmarcan dentro del Partido Revolucionario Institucional. Así como siempre se han vislumbrado débiles las acusaciones de El Grande contra Luis Angel Cabeza de Vaca, también sucede en torno de Juan Bosco Castañeda, cuyo caso, indudablemente, se agravará con nuevas delaciones de El Negro Radilla. Sin embargo, el argumento de la inseguridad, así como las reiteradas manifestaciones (artificiales) en el Ayuntamiento, nos recuerdan la aplicación del programa Ave Azul, del PAN, en 1997 y 2000, a fin de agredir a los partidos opositores al de Acción Nacional. Hoy, entre otros recursos, los panistas disponen de gente experta en aprovechar las redes sociales, pero también para crear turbulencia en colonias y sectores sociales donde no la hay. En fin.