Empero, también le comento a usted que Marisela Sánchez Cortés, “ex” de muchas cosas en Morelos (ya fue candidata a la gubernatura en 2006), también destaca entre los primeros cuatro sitios, aunque le pesa la mayor cantidad de puntos porcentuales en negativo.
Es importante señalar, dentro del mismo contexto, que la encuesta de María de las Heras también expone determinado nivel (mínimo) de puntos negativos en torno a MMG que, desde mi particular punto de vista, se vinculan al natural desgaste sufrido como alcalde de Cuernavaca. Es decir: lo dañaron determinadas campañas de ataques, hoy todavía a cargo de propios y extraños. Sin embargo, si hoy fueran las elecciones, el PRI ganaría la gubernatura con él como candidato. Su problema de imagen puede resolverse en los meses siguientes con la estrategia adecuada. Tocante a Morales Barud, el viernes se reunirán con él importantes líderes regionales de la zona poniente.
En el Partido Acción Nacional (PAN), el senador Adrián Rivera Pérez ya no puede ni debe asumir una actitud 100 por ciento triunfalista, pues fue alcanzado por el diputado federal Jesús Giles Sánchez. Rivera Pérez tiene los peores indicadores en negativo. Después de Giles figuran el también senador Sergio Alvarez Mata y el secretario de Finanzas y Planeación del Estado, Alejandro Villarreal Gasca, quien está creciendo. Y en el Partido de la Revolución Democrática (PRD), el senador Graco Ramírez aparece en primer lugar, pero con la mayor proporción de indicadores en negativo, seguido ni más ni menos que por Juan Salgado Brito, de la corriente de Andrés Manuel López Obrador. Lo sabíamos: al ex alcalde de Cuernavaca y “ex” de muchas cosas en Morelos solo le faltaba salir con mayor frecuencia y definición a la palestra pública para convertirse en una verdadera opción de liderazgo y rentabilidad electoral hacia los comicios concurrentes de 2012. En fin. Estaremos pendientes de los sucesos políticos y después diremos.
Cambiando de tema comentaré que la importancia social que adquirió el narcotráfico obedece al hecho de que la penetración de su dinero y cultura gozó por años de la complicidad y el beneplácito de las élites de este país. Su poder radica no solamente en el hecho de ser hoy los dueños de miles de hectáreas, de estar presentes como terratenientes, de haber penetrado el sistema financiero, de tener miles de hombres armados; también y esencialmente en la forma en que han transformado los valores fundamentales de la sociedad, estimulando la idea del enriquecimiento fácil, las actividades ilegales, la violencia y el desprecio a la ley. En resumen: si la corrupción tiene en México y determinadas zonas geográficas un significado importante, es porque la gobernabilidad está afectada por la presencia del narco con su capacidad generadora de corrupción y violencia.
Efectivamente, como le dijo Ismael “El Mayo” Zambada a Julio Sherer (Proceso, 4 de abril de 2010): “El narco está en la sociedad, arraigado como la corrupción”. En aquella entrevista, subestimada por algunos personeros mezquinos, agregó Zambada ante los cuestionamientos del prestigiado periodista mexicano: “Los soldados rompen puertas y ventanas, penetran en la intimidad de las casas, siembran y esparcen el terror. En la guerra desatada encuentran inmediata respuesta a sus acometidas. El resultado es el número de víctimas que crece incesante. Los capos están en la mira, aunque ya no son las figuras únicas de otros tiempos”. “¿Qué son entonces?”, le preguntó Sherer, y “El Mayo” respondió con un ejemplo fantasioso: “Un día decido entregarme al gobierno para que me fusile. Mi caso debe ser ejemplar, un escarmiento para todos. Me fusilan y estalla la euforia. Pero al cabo de los días vamos sabiendo que nada cambió”. “¿Nada, caído el capo?”, inquirió Sherer. “El problema del narco envuelve a Millones. ¿Cómo dominarlos? En cuanto a los capos, encerrados, muertos o extraditados, sus reemplazos ya andan por ahí”, añadió Zambada.
Aquí quería llegar, amables lectores, para explicar lo que sucede en Morelos y otras regiones del país. Los recientes hechos delictivos cometidos aquí, así como la cada vez más frecuente aparición de sujetos ejecutados (acompañados por “narcomensajes”), confirman que asistimos al surgimiento de nuevos liderazgos dentro del crimen organizado que, tocante al caso morelense y por el momento, podrían estar vinculados al narcomenudeo, lo cual no es igual que en otras entidades federativas, donde el trasiego de drogas es fundamental para las bandas. Sobre todo en la zona metropolitana de Cuernavaca, las células criminales participan de alguna forma u otra en la comercialización de estupefacientes, pero han contribuido a incrementar sensiblemente la percepción de inseguridad debido al robo, genérico y calificado. El asalto a mano armada (el robo de vehículos automotores con violencia va aparejado) está pegando duro a los morelenses. Pero lo peor es que también se estaría cumpliendo la advertencia de la Cámara Nacional de Comercio, a cargo de Rodrigo López Laguardia, respecto a que está cundiendo el delito de extorsión o “cobro de piso”, denuncia que de ninguna manera debe ser vista con indiferencia por las autoridades encargadas de la prevención del delito y su persecución. A ver.