Hablar de la madre Teresa de Calcuta significa: enseñanza, grandeza, sabiduría y ejemplo de vida. Una mujer con dotes divinas, cuya obra de amor estuvo al servicio de los demás, al vulnerable y a los más pobres de los pobres. La vida de una mujer que quedará escrita en la historia de la humanidad.
Alma generosa y mensajera de amor, cuerpo delicado de mujer, quién desde niña vislumbró el escenario de su destino, religiosa albanesa nacionalizada india, misionera desde los 12 años de edad. En l950 fundó la Congregación de las Misioneras de la Caridad, aprobada en l965 por Pablo VI.
Ella fue un abrazo capaz de transformar la vida de otros, una palabra de aliento al suspiro que asfixia. La madre Teresa predicaba en la India, donde la gente muere de hambre en las calles, donde las enfermedades hacen estragos; sin embargo, también ella decía que la pobreza de espíritu era la más difícil de erradicar.
“La paz y la guerra empiezan en el hogar, si de verdad queremos que haya paz en el mundo empecemos por amarnos los unos a los otros en el seno de nuestras propias familias”.
Cuánta sabiduría había en cada palabra que expresaba la Madre Teresa, cuántas guerras se hubieran evitado si los seres humanos tuviéramos más conciencia de éste legado. Si tan sólo entenderíamos que en el seno de nuestro hogar es el lugar donde se siembran los sentimientos que enriquecen o corrompen nuestra existencia.
La grandeza de espíritu de una mujer que a través de su vida conoció, tal vez como ningún otro ser en el mundo, todas las caras del dolor. Una mujer comprometida por preservar la vida de sus semejantes, capaz de quebrantar la noche más obscura.
Religiosa que en l972 recibió el premio de la Fundación Kennedy y en l979 el premio Nobel de la Paz, cuya dotación la destinó integra para los pobres. En 1986 recibió la visita de Juan Pablo II y el 5 de septiembre de 1997 falleció la así llamada Santa de las Cloacas. Fundó escuelas, hogares de niños, casas de reposo para moribundos abandonados, atendió el leprosorio y creó su propia congregación, las Hermanas Misioneras de la Caridad, que se expandió por el mundo entero. Fue beatificada en 2003 por Juan Pablo II.
La madre Teresa de Calcuta y la dimensión de su obra merece que detengamos nuestro paso para profundizar y aprender de sus enseñanzas: “La vida es un sueño, hazlo realidad. La vida es un reto, afróntalo. La vida es un deber, cúmplelo”.
“Mientras estés viva, lo importante es sentirte viva”