Por segundo año, la muestra permite conocer las distintas fibras y diferentes técnicas, además compartir con los propios artesanos sus experiencias y formas de trabajo.
En esta ocasión participan 23 comunidades de 16 estados de la República: Baja California, Campeche, Chihuahua, Estado de México, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Michoacán, Morelos, Oaxaca, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí, Sonora, Tlaxcala y Veracruz.
Yolanda Eugenia Palacios Ríos es originaria de Chigmecatitlán, Puebla. Desde los 15 años aprendió a tejer la palma en tamaño miniatura y desde hace casi dos décadas junto con otras mujeres, realiza figuras que despiertan la curiosidad de los visitantes.
Sus pequeños objetos van desde un payaso en bicicleta, un músico y unos bailarines del jarabe tapatío, hasta vírgenes y santos cuya indumentaria se cuida hasta el más mínimo detalle.
También se observa el trabajo de Felipe Hernández de Tlaxcala, quien ha hecho demostraciones de la técnica de tejido de la palma de sotol (planta con forma de palma) y elabora canastas con asa, cestos, portavasos, tapetes, tortilleros y bolsas.
Uno de los locales que atrae más miradas es el de Todos los Santos Dolores Villalobos, rarámuri originaria de la comunidad San Ignacio de Arenko en Chihuahua, quien crea junto con 26 personas más, vistosos cestos hechos con hoja de pino, palmilla y sotol.
Otro stand es el de Elvira Aldana, originaria de Hidalgo que elabora diferentes tipos de zacate para tallar el cuerpo, a partir de la fibra de maguey conocida como ixtle.
“Para obtener el ixtle, cortamos la penca del maguey, se deja reposar y cada cierto tiempo la rociamos con agua, eso para que al extraer la fibra no nos lastimemos mucho las manos. Cuando vemos que las pencas están listas, limpiamos una por una y empezamos a sacar la fibra, separándola de la penca y la cáscara. El ixtle que sacamos, lo metemos en agua y se van haciendo los hilos con el malacate”, narró.
Entre las novedades de este año, destacan cinco talleres impartidos por los propios artistas populares sobre cinco técnicas y cinco materias primas diferentes.
También se proporciona a los visitantes un catálogo en el que se observan las diversas artesanías y una semblanza de los creadores junto con sus datos en caso de que algún interesado desee contactarlos en un futuro.
El objetivo es propiciar un diálogo intercultural entre los artistas populares y el público con el fin de conocer y valorar el patrimonio cultural de México, a través del arte creado con fibras naturales.
“Hemos visto que estos encuentros también permiten que los propios artesanos compartan técnicas y acabados e incluso estrategias para mejorar sus productos. Eso es una parte muy importante”, explicó la antropóloga Elena Vázquez, responsable de la Coordinación de Arte Popular de la Dirección General de Culturas Populares del Conaculta.
Consideró que la importancia de tener una expoventa de fibras naturales es que su técnica y el conocimiento que encierran viene desde tiempos prehispánicos y nos da una identidad por sus formas y usos, por lo que es fundamental ver más allá del tejido.
Destacó que la Coordinación de Arte Popular al ser encargada de la promoción, difusión, preservación y fortalecimiento del arte popular como patrimonio cultural, material e inmaterial de México, tiene la intención de ingerir en que se recupere el uso de la fibra natural y así sobreviva y permanezca.
Hay algunas zonas en la sierra gorda entre san Luis Potosí y Querétaro y en la región de la mixteca oaxaqueña en que se sabe de técnicas, pero se está perdiendo la materia prima y se está buscando la manera de enlazarlas con aquellas zonas que sí la tienen”.
La expoventa Entre canastas tenates y petates estará del jueves 31 de julio al domingo 3 de agosto de 10:00 a 20:00 horas en el Museo Nacional de Culturas Populares ubicado en Av. Hidalgo 289, col. del Carmen Coyoacán. Entrada libre.
*Información de Conaculta