Me suena a aislamiento es un ensayo museográfico que busca mostrar el posible trato entre el muralista David Alfaro Siqueiros y el compositor de origen estadunidense Conlon Nancarrow en la década de los años cuarenta. Está compuesto de algunos papeles originales del músico, así como de reproducciones de importantes documentos y obras de otros artistas que lo acompañaron, personal y remotamente.
Esta exposición del artista Mario García Torres se inauguró al medio día de ayer sábado 31 de enero, en La Tallera de Cuernavaca, Morelos.
En un comunicado oficial, la institución señala: “En su vocación de museo como espacio de trabajo, La Tallera inaugura una de las más recientes producciones del artista Mario García Torres – Me suena a aislamiento, se trata de un proyecto iniciado en Berlín que nuestra institución convierte en una propuesta in-situ al desplazarse hacia unos de los espacios donde grupos de artistas e intelectuales de los años 60’s-70’s solían reunirse y discutir sus posturas políticas”.
Así, continua el comunicado, “Mario García Torres construye una micro historia basada en la carga histórica de Cuernavaca, un entorno urbano que dio cabida a múltiples laboratorios del pensamiento del siglo XX en México”.
Reitera que Me suena a aislamiento, es un ensayo museográfico “sobre el rol que tienen en una narrativa histórica los fragmentos perdidos y recuperados para de este modo desarrollar una reflexión sobre el antagonismo aparentemente irreconciliable entre la conciencia social de los pensamientos vanguardistas y la idea romántica de segregación como un espacio de creatividad”.
Como telón de fondo, prosigue, está la historia y la práctica de Conlon Nancarrow (1912-1997), compositor experimental de origen estadounidense naturalizado en México.
Nancarrow abandonó su país en 1940 huyendo del hostigamiento sufrido por sus ideas políticas de izquierda y llegó a México para encontrarse al poco tiempo entre un grupo de artistas e intelectuales, algunos de ellos muralistas modernos.
“En ese auto-exilio en nuestro país compuso una gran parte de su obra, la mayoría en el estudio que su amigo, el artista y arquitecto Juan O’Gorman, diseñara para él en la ciudad de México. Fue ahí también donde grabó, en relativo aislamiento profesional, gran parte de su obra para pianola”, resalta la información.
Si bien queda por comprobar la relación específica entre Nancarrow y David Alfaro Siqueiros (1896-1974), una serie de intereses comunes y coincidencias alimenta esta suposición.
Entre ellos, enuncia, “el gran compromiso que ambos sentían por los ideales comunistas, su activa participación en este movimiento así como el número de amistades íntimas que compartían. La posibilidad de este encuentro marca el principio narrativo de la muestra, en tanto la estadía esporádica pero constante de Nancarrow en Cuernavaca al final de su vida define el límite de la misma”.
El boletín abunda que conceptos como el retraso y la aceleración de ideas, así como las repercusiones del fracaso sobre el tiempo, “son explorados aquí con la intención de dibujar una cosmología de posibilidad y sincronía en el campo de la invención.
“En su interés por explorar aquellos fragmentos de historia no contados, García Torres busca poner en perspectiva la práctica de Nancarrow más allá del terreno musical al reunir papeles originales y reproducciones de importantes documentos que le pertenecieron, así como obras de otros artistas que lo acompañaron en su práctica.
“Rescatar cintas grabadas, afinar un piano, escribir y re-escribir cartas son sólo algunos de los gestos que sirvieron para desarrollar los puntos nodales que argumentan la exposición”, finaliza el comunicado.
Me suena a aislamientofue presentada en su primera versión en la 8va Bienal de Berlín. La obra forma parte de TBA21-Thyssen-Bornemisza Art Contemporary Collection, Viena.
Para esta nueva lectura y construcción histórica Mario García Torres ha colaborado con el investigador, también mexicano, Rodrigo Ortiz Monasterio.