*La etapa presente contempla la rehabilitación del jardín, la restauración de sus elementos arquitectónicos y la renovación de su infraestructura eléctrica
*Avances en la limpieza, control de plagas, diseño de sistema de riego, creación de compostas y capacitación, dicen
La tarde del jueves 16 de julio se llevó a cabo una nueva junta de seguimiento y un recorrido por las instalaciones del Jardín Borda, con la presencia de un grupo diverso de autoridades estatales y ciudadanos que colaboran en la realización y supervisión del proyecto de rescate, saneamiento, reequipamiento y restauración del recinto.
Las instituciones representadas en la junta fueron: la Secretaría de Desarrollo Sustentable, el Instituto de Investigaciones Biológicas de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), la Secretaría de Cultura, el Centro Cultural Jardín Borda, el Consejo de Cronistas de la Ciudad de Cuernavaca, la Secretaría de la Contraloría, el Museo de Arte Indígena Contemporáneo, la Secretaría de Obras Públicas, la empresa Distribuidora Sume Mg y el Instituto Nacional de Antropología e Historia delegación Morelos, todos ellos encabezados por Claudia Lizalde, paisajista responsable de la vegetación y el proyecto de rehabilitación del Jardín Borda.
Durante la explicación provista por Claudia Lizalde, se planteó que el proyecto de rescate del Jardín Borda se encuentra en la segunda de cuatro etapas.
La primera, completada en el año 2013, se enfocó en la rehabilitación de las salas de exhibición del Centro Cultural, de modo que cumplieran con características que les permitieran albergar cualquier tipo de exposición. La segunda se perfiló a partir del año 2014, luego de la obtención de un recurso desprendido del Programa de Apoyo a la Infraestructura Cultural de los Estados en su edición de ese año.
Echada a andar a partir de 2015, la etapa presente contempla la rehabilitación del jardín, la restauración de sus elementos arquitectónicos y la renovación de su infraestructura eléctrica.
Las siguientes etapas observarán el reequipamiento del Foro del Lago y la rehabilitación del Jardín de las Rosas y el Jardín Ondulante.
Los avances de la segunda etapa, según declaró Claudia Lizalde, consisten en la limpieza integral de los arriates, ya que anteriormente se encontraban invadidos por un exceso de vegetación en sus perímetros, el diseño de un sistema de riego a través de zanjas en desnivel, control de plagas, la creación de un vivero que alberga la vegetación excedente que temporalmente debe ser removida para favorecer el diseño sustentable de un ecosistema equilibrado, la creación de compostas en dónde depositar los residuos orgánicos desprendidos de la limpieza de los arriates (cuyo volumen asciende a las 16 toneladas, por el momento) y capacitación en mantenimiento y poda al personal de jardinería del Jardín Borda.
Antes de pasar a la visita guiada por la obra en proceso, el arqueólogo Raúl González del Centro INAH Morelos, explicó que la institución está trabajando en un proyecto arqueobotánico que busca determinar cuáles fueron las plantas originales, arbustos o árboles que fueron plantados cuando se construyó el Jardín Borda en 1783.
Para llevar a cabo tal fin, han realizado una serie de sondeos arqueológicos, es decir, diez excavaciones para tomar muestras de tierra, identificar residuos de polen y semillas y enviarlas para su análisis a la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH).
La pretensión del análisis es abonar al estudio que se hace de la vegetación actual, consolidar un proyecto de vegetación nuevo y poder montar una muestra pedagógica que enseñe a los morelenses la diversidad de flora que ha habitado el Jardín Borda a lo largo de su historia.
Además, precisó que las excavaciones son realizadas con técnica arqueológica, es decir, por niveles, identificando estratos y capas y registrando todos los materiales que se extraen de ellas.
“Lo que podemos adelantar —dijo González—, es que por lo menos en estos diez pozos estratigráficos no hemos encontrado ningún elemento arquitectónico prehispánico. Lo que hemos encontrado es un pequeño estanque de unos cuarenta o cincuenta años, en donde de manera temporal se exhibieron plantas, quizá acuáticas.
“Encontramos muchos elementos de desecho: basura, plástico, metal, latas, vidrio y hueso de las últimas seis décadas. En todos los casos hemos encontrado elementos de desecho arquitectónico, es decir, ladrillo y concreto usado como relleno.
“Dentro de la tierra usada originalmente para adecuar el terreno del jardín, traída de las cercanías, se han encontrado pequeños fragmentos de vasijas, sí prehispánicas y algunas virreinales, pero descontextualizadas. Es material de relleno, son pequeños fragmentos que no nos hablan de algún momento de ocupación.
“De cualquier manera, estos elementos han sido extraídos, separados y sometidos a un proceso de lavado, marcado y análisis para que nos hablen de la historia de la localidad”, finalizó.
La segunda etapa del rescate del Jardín Borda está contemplada para extenderse hasta el mes de marzo de 2016. Cabe destacar que las obras se suspenderán temporalmente para la realización del Festival Miquixtli del próximo noviembre.