Las flores de Gandía es el título de la exposición del desaparecido pintor de origen español, Vicente Gandía, que se presentará en las salas 1, 2 y 3, de la planta baja del Museo de la Ciudad de Cuernavaca (MuCiC), el próximo viernes 25 de septiembre, a las 17:00 horas. La obra permanecerá expuesta en ese recinto hasta el 23 de octubre.
Cabe decir que la muestra se presenta en el marco de los 80 años del nacimiento del reconocido artista, quien viera la luz en Valencia, España, en 1935 y que vivió los últimos años de su vida en Cuernavaca, donde murió el 6 de marzo de 2009.
Ese mismo día también serán inauguradas otras siete exposiciones más: Juego con flores de Francisco Maza; Diamantes, fotografías de Silvia Malkah Calderón Couriel; Crippangies, más allá del diluvio, esculturas de Angie Crippa y Fotografía Contemporánea Australiana, entre otras.
En una entrevista con Bajo el volcán, publicada en noviembre de 2003, Vicente Gandía declaró, al cuestionarle si las sillas y mesas que aparecen en los jardines que pinta, esperan a alguien:
“Sí espero cosas, digamos que soy un hombre con esperanza, pero no quiero hacer literatura ni contarte ninguna novela personal. En mi pintura, o acaba de salir la gente o va a entrar, algo va a pasar. Alguien ha tenido que poner esas flores o alguien ha abierto la puerta. El ser humano está presente aunque no esté pintado”.
También se le cuestionó respecto al significado de los elementos recurrentes en sus creaciones: “la mesa con objetos sería como el pan de cada día: lo real, el paquete que tenemos que solucionar ese día. Las manzanas aparentemente son manzanas, pero no lo son: son personas, a veces están juntas, a veces separadas o partidas”.
Todas esos elementos, añadió, “son cosas que te están pasando en ese día; y también es una cosa íntima, pinto un interior. La ventana es porque siempre quiero luz y quiero una esperanza, y una posibilidad de algo más, no estar encerrado ni oscuro”.
Y terminó con los elementos que dan tema a la muestra que será inaugurada próximamente: “Y las flores, primero, porque me encanta la botánica y me interesa mucho el mundo vegetal, pero además, en un cuadro muy sobrio puede ser el toque de alegría o de color o de gracia”, expresó.