Es una creación de la etnia nahua, porque es oriunda de Metepec, estado de México. La pieza de alfarería fue realizada por Fernando Sotero Fernández.
“El culto a estas figuras que suplantan a las antiguas entidades divinas, sigue siendo indispensable para las comunidades, ya que son éstas quienes controlan la abundancia o la escasez de los dones”, destaca el MAIC.
En primer plano y presidiendo el trabajo: la figura sentada de Dios Hijo, cosechando de una planta de maíz. En el centro, la imagen del santo, de San Isidro, horadando con un palo una piedra, de la que brota el agua que llama a la vida. Entre ambos personajes, una deidad mexica se asoma por entre las flores.
Y a su lado, en el atrio de un templo, un conjunto musical alegra la salida de los fieles.
Otras imágenes de la vida en el campo, relatan sus propias historias: la mujer que echa tortillas en el comal mientras los hombres de su casa las comen y otros campesinos preparan la tierra de cultivo; mujeres que venden productos del campo cosechados, y hasta un ángel que vuela para cosechar, en un paisaje con volcanes y arado con buey.
En otra parte y relacionado con el mismo tema, un hombre mesoamericano colecta el fruto de su propio esfuerzo, mientras observa el crecimiento de su milpa, vigilado de cerca por su antiguo numen.