El doctor Francisco Javier González Madariaga, jefe del Departamento de Proyectos de Diseño del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD) de la UdeG y líder del proyecto, compartió en entrevista para la Agencia Informativa Conacyt que el objetivo es lograr un material hasta 50 por ciento más ligero que la tablaroca, que conserve las cualidades de resistencia necesarias para la industria de la construcción.
“Usamos como matriz el yeso de baja calidad, el plástico y la fibra de agave, que aporta resistencia al material, además de que es muy abundante en Jalisco y representa un problema para la industria tequilera”, dijo.
Dr. Francisco González Madariaga, investigador de la Universidad de Guadalajara.Este es un producto sustentable, toda vez que se compone de un subproducto o desecho de la industria tequilera —que según estimaciones del equipo asciende al menos a 190 mil toneladas al año en el Occidente del país— y de poliestireno expandido (también conocido como hielo seco o unicel), cuyo destino luego de su uso convencional en embalajes es la basura. Estas características hacen que el precio del material sea potencialmente competitivo.
Para su elaboración, el unicel se separa en pequeñas pelotitas a través de una máquina diseñada por el equipo, sin triturar el material. “Estas perlas tienen una gran virtud: son excelentes aislantes térmicos y relativamente buenos aislantes acústicos, cualidades que buscamos mantener en el material”, señaló el catedrático.
Resistencia mecánica
El material ya fue caracterizado en el laboratorio para medir variables como tensión, compresión, fractura y resistencia química, entre otros. Al momento, el equipo trabaja en perfeccionar un problema de flexión, para lo cual en próximos días comenzarán a experimentar con una malla tejida de fibra de agave, misma que diseñarán alumnos de la Escuela Superior de Ingeniería Textil del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y que se espera provea al material de una mayor resistencia mecánica.
Este proyecto comenzó hace aproximadamente ocho años y se trabaja en colaboración con investigadores del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías (CUCEI) y del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA), de la propia UdeG.
El proyecto recibió un apoyo por parte del Programa de Mejoramiento del Profesorado (Promep) con 180 mil pesos. El resto del financiamiento ha sido aportado por la UdeG, o bien por autofinanciamiento del área, a través de servicios de diseño y taller brindados por el departamento.
González Madariaga estimó que para finales de 2018 el producto ya esté en condiciones de ser comercializable; un año más sería necesario para desarrollar un sistema completo de construcción que incluya estructuras como postes y soportes a partir del material.
El material ya está patentado y se está en proceso de patentar maquinaria creada para la elaboración de las placas. | CONACYT