De acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, la terapia con oxígeno es un tratamiento que le entrega oxígeno adicional para respirar a personas con bajos niveles de oxigenación en la sangre por alguna afección (neumonía, EPOC, COVID-19, apnea del sueño, fibrosis quística, asma, entre otras).
Ojo, ¡nunca te automediques ni lo hagas con nadie más! La administración de terapia de oxígeno debe ser prescrita por un médico y será él quien te explique todos los pasos a seguir para aplicarla; sin embargo, si aún tienes dudas técnicas con respecto al tanque de oxígeno, aquí te damos algunos consejos de los expertos.
¿Cómo usar un tanque de oxígeno?
- Lo primero que debes tener claro es que el tanque de oxígeno debe ser tratado como si fuera un medicamento; es decir, nunca cambies la cantidad de oxígeno que circula por el tubo sin haber platicado primero con el médico.
- De acuerdo con especialistas del Sistema Hospitalario Children’s Minnesota, para abrir el flujo de oxígeno debes conectar la llave a la válvula y girarla hacia la izquierda hasta escuchar un ruido de escape; en ese momento volverás a girar hasta la derecha la válvula, pero sin apretarla demasiado.
- Asegúrate de que el dispositivo de suministro esté conectado a través de un tubo al suministro de oxígeno y encendido al caudal adecuado.
- Ayuda al paciente a tranquilizarse, si tiene sensación de que se está sofocando, al ponerse la mascarilla podría sentir angustia o claustrofobia.
- Si tu familiar enfermo (o si eres tú el paciente) tiene resequedad en labios, boca o nariz, puedes humectar con aloe vera o un lubricante a base de agua (no Vaselina).
Medidas de seguridad:
- Asegúrate de que el tanque está firme y en posición vertical, ya que, si se cae y se rompe, puede salir volando.
- Nunca fumes ni uses materiales inflamables cerca del tanque de oxígeno pues podría representar un riesgo de incendio.
- Si tienes la posibilidad, cuenta con un tanque de oxígeno de reserva para evitar que se acabe sin estar preparado.
- No lo pongas debajo de muebles, cobertor de la cama, alfombras, ropa o ninguna otra cosa pues el tubo podría torcerse e impedir el flujo de oxígeno.
- No uses aparatos electrónicos cerca (como secadoras de cabello, rasuradoras, cobijas eléctricas, calentadores, etc) pues podrían producir chispas y provocar un incendio. Los teléfonos celulares no representan ningún riesgo.
Información de National Center for Biotechnology Information, Children’s MinnesotaHospital y Biblioteca Nacional de Medicina EE.UU.