Los científicos de la NASA vigilaron durante meses la plataforma de hielo Brunt de la Antártida por grietas que generaron preocupación. A dos años de que se detectaran las fisuras, un enorme iceberg se desprendió a finales de febrero y la agencia espacial compartió las imágenes satelitales.
El desprendimiento fue detectado por un equipo GPS el pasado 26 de febrero y días después se confirmó la rotura con imágenes de radar del satélite Sentinel-1A de la Agencia Espacial Europea. La NASA explica que el iceberg tiene una extensión de 1,270 kilómetros cuadrados; el doble de tamaño de Chicago.
El iceberg llamado A-74 se desprendió de un área conocida como McDonald Ice Rumples al noroeste de la plataforma de hielo de la Antártida. En esta zona el flujo de hielo se ve obstaculizado por formaciones de presión y grietas submarinas que provocan las fracturas de grandes extensiones.
“No hubiera pensado que esa grieta podría atravesar el lado noreste de la plataforma de hielo Brunt y causar un desprendimiento significativo, todo en una pequeña fracción del tiempo que ha tardado el Abismo 1 en extenderse hacia las arrugas de hielo del sur”, explicó el investigador de la NASA, Christopher Shuman.
Abismo 1 es otra grieta ubicada al sur de las arrugas del sur y otra grieta que lleva el nombre de Halloween. La fisura se ha extendido durante décadas y esto también generó preocupación entre los investigadores, pues una vez que se desprenda tendrá una extensión de 1,700 kilómetros cuadrados.
La Antártida ha producido enormes icebergs en los últimos años, como el A-68 que se generó en 2017 con un tamaño casi cinco veces mayor que el A-74. Por el momento, los científicos de la NASA continuarán observando el desplazamiento del nuevo iceberg, ya que podría quedar atrapado en el giro de Weddell.
Fuente: NASA Earth