Hasta ahora, se había creído que este ruido era una forma de competir por una hembra
Un estudio en el que ha participado Jordi Galbany, profesor de la Facultad de Psicología de la Universidad de Barcelona, señala que los gorilas macho golpean su pecho para indicar su tamaño. Los investigadores creen que esta señal visual y acústica permite al animal mostrar cuál es su dimensión, y que miembros de su manada o de otras sean conocedores de ella.
Para llegar a esta conclusión, Galbany y sus colegas han analizado una decena de grupos sociales de gorilas que habitan el Parque Nacional de los Volcanes de Ruanda, un espacio de pequeño tamaño que es afamado por el trabajo de la primatóloga Dian Fossey. Allí hay poblaciones de uno de los grandes simios africanos, el Gorilla beringei beringei, del que quedan menos de 1.000 ejemplares.
Hasta ahora, se creía que los golpes de estos animales en sus pectorales era la manera que tenían los machos de competir entre ellos al seleccionar a las hembras. Sin embargo, este comportamiento es una técnica de defensa. Según los investigadores, la anatomía cercana a la laringe de los machos más grandes reduce la frecuencia del sonido que producen estos simios mientras se golpean el pecho.
Esto provoca que los rivales retrocedan y no inicien una posible lucha con el gorila. Por su parte, las hembras podrían usar esta información para escoger a un compañero. Jordi Galbany explica este comportamiento: “El gorila empieza a hacer vocalizaciones similares a aullidos cortos, se pone de pie y corre sobre las piernas, mientras se golpea fuertemente el pecho con las palmas de las dos manos alternativamente, produciendo un sonido impresionante, como un redoble de tambor”.