Aunque sus orígenes son inciertos, los virus han dejado su huella durante casi toda la vida en la Tierra, incluido entre los humanos. Alrededor de 8% del genoma humano es de origen viral, es decir, los restos de antiguos virus que nos infectaron y ante los cuales se desarrolló una tolerancia a nivel de la especie.
Pero su historia empieza mucho antes que la humana.
«Creemos que estuvieron presentes desde el principio», comentó Curtis Suttle, virólogo de la Universidad de British-Columbia, en Canadá. «Sea cual sea la sopa primordial que dio nacimiento a la vida celular, seguramente dio nacimiento a la vida viral al mismo tiempo».
Los virus nos preocupan porque nos enferman.
En estos últimos años, se registró un auge de enfermedades infecciosas virales, desde la epidemia actual del coronavirus hasta la del SRAS a principios de los años 2000 y el Ébola en África occidental y central.
Sin embargo, no todos los virus son malos.
«Casi todos los virus son inofensivos para los humanos», según Ed Rybicki, virólogo de la Universidad de El Cabo. Incluso muchos son beneficiosos para la salud humana. Ya que, infectan otros organismos que de lo contrario nos perjudicarían.
Otra ventaja es que los virus aceleran la absorción de carbono por parte de las algas oceánicas, que contribuye a purificar el aire que respiramos.
También tienen aplicaciones en el ámbito de la salud.
Además de las vacunas derivadas de virus debilitados o muertos, un nuevo sector de tratamiento, la viroterapia, desarrolla nuevas formas de tratar enfermedades como el cáncer.
«Estos virus se reproducen en las células cancerígenas pero no en las sanas, con lo cual, este tratamiento no es tan tóxico como las terapias clásicas contra el cáncer», según Teri Shors.
Para Rybicki, que ha dedicado gran parte de su vida profesional a estudiarlos, lo más increíble es que todavía siguen escondiendo muchos misterios. «Son los organismos más diversificados de nuestro planeta y todavía no sabemos nada de ellos».