En los últimos años, el exceso de uso de plástico ha significado un grave peligro para la vida del planeta. Desde su invención, este material solo ha ganado cada vez más popularidad; hoy es uno de los materiales más utilizados en el mundo y también es uno de los más contaminantes y peligrosos para el planeta. Pero hay buenas noticias, se ha encontrado una forma de generar bioplástico con semillas de tamarindo.
Recientemente, un grupo de investigadoras de la UNAM encontraron una alternativa para generar botellas de plástico biodegradable con semillas de tamarindo. Mientras Elsa Gutiérrez Cortes y María de la Luz Zambrano, trabajaban en el Laboratorio 16 de Procesos de separación de hidrocoloides, mucílagos, almidones y polisacáridos en el área de alimentos en la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán, encontraron una alternativa natural para la fabricación de botellas de plástico.
¿Cómo lograron crear un bioplástico con semillas de tamarindo?
En México, el tamarindo es un alimento común, sin embargo solo se utiliza la pulpa para combinarla con alimentos o bebidas. Las investigadoras de la UNAM le dieron otro uso al tamarindo y utilizaron sus semillas para obtener un polímero natural llamado xiloglucano.
De esta manera, utilizando lo que comúnmente se desecha del tamarindo, se obtiene un polímero natural que puede utilizarse para generar películas plásticas con textura, flexibilidad y firmeza. Este polímero no es nuevo, pero su uso se había limitado a la industria farmacéutica y hoy podría ser la clave para evitar la contaminación por plásticos.
Con la utilización de semillas del tamarindo, se reduce la cantidad de recursos utilizados para generar el plástico, por ejemplo, la cantidad de agua necesaria para la fabricación de agua embotellada, y al mismo tiempo se reduce el impacto de los residuos que se genera este material y se reemplaza con un elemento natural que se degradará fácilmente con el ambiente.