La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) dio una pequeña muestra de lo pequeño que es el ser humano en comparación con todo lo que existe fuera del planeta Tierra.
En este caso, la agencia espacial mostró un pedacito de lo que conforma el coloso Júpiter: una mancha que en realidad se trata de una tormenta.
En este caso, el "lunar" del cuerpo celeste en realidad supera el tamaño de nuestro planeta y tiene una velocidad infernal que alcanza los 640 kilómetros por hora. Pero no es nueva esta mancha, pues ha sido observada por los astrónomos durante más de 150 años. En este caso, su última observación se realizó con el legendario Telescopio Espacial Hubble y descubrió algo que dejó a los especialistas asombrados.
Los vientos de la tormenta se están acelerando
Los científicos que analizaron los "informes de tormentas" regulares del Hubble se dieron cuenta de que la velocidad promedio del viento, justo dentro de los límites de la tormenta (conocida como anillo de alta velocidad) aumentó hasta en un 8 por ciento entre 2009 y 2020, de acuerdo con la NASA.
Sin embargo, también mencionó que los vientos cercanos a la región más interna de la mancha se están moviendo significativamente más lentamente. Esto se logró percibir gracias al telescopio, que sirve como avión cazador de tormentas en el coloso.
"El monitoreo continuo de Hubble permite a los investigadores revisar y analizar sus datos con mucha precisión a medida que continúan agregando. Las características más pequeñas que el Hubble puede revelar en la tormenta son apenas 105 millas de ancho, aproximadamente el doble de la longitud del estado de Rhode Island", mencionó la agencia.
Michael Wong de la Universidad de California, quien dirigió el análisis, mencionó que descubrieron que la velocidad media del viento de la "Gran Mancha Roja" aumentó ligeramente durante la última década.
¿Qué significa el aumento de velocidad?
De acuerdo con Wong es difícil de diagnosticar, ya que Hubble no puede ver muy bien el fondo de la tormenta ya que cualquier cosa debajo de las cimas de las nubes es invisible en los datos. "Pero es un dato interesante que puede ayudarnos a comprender qué alimenta la Gran Mancha Roja y cómo mantiene la energía", sentenció.