Un equipo internacional de astrónomos utilizó información de telescopios de todo el mundo para poder determinar la composición química de exoplanetas y de las estrellas que estos orbitan.
Por mucho tiempo los astrónomos han sostenido la teoría de que los exoplanetas rocosos y sus estrellas anfitrionas podrían tener una composición similar. Sería lo mismo decir que nuestro sistema solar, y el Sol tienen un conjunto de elementos internos que son similares.
Por qué las estrellas y sus exoplanetas tienen igual composición
Esta hipótesis altamente aceptada, se basa en que la formación de estos sistemas comienza con la estrella central joven, rodeada de un disco protoplanetario que la rodea.
De este disco se irán formando lentamente los planetas, como alguna vez pasó con la Tierra. En este proceso una fracción del material del disco se condensa en bloques formadores de planetas y el resto finalmente cae en la estrella.
Es lógico pensar que, al tener un origen común, los exoplanetas y sus estrellas anfitrionas tienen la misma composición química. Sin embargo nunca se había corroborado científicamente, hasta ahora.
Con la participación del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), un equipo de astrónomos liderados por el investigador del Instituto de Astrofísica y Ciencias del Espacio, Vardan Adibekyan ahora demostró que los exoplanetas rocosos de baja masa debería ser similar a la de sus estrellas anfitrionas.
La nueva investigación, publicada este jueves en la revista Science, logró demostrar la correlación entre la composición de los exoplanetas rocosos y la de sus estrellas anfitrionas.
Cómo fue el estudio que descubrió que estrellas y exoplanetas mantienen igual composición
“El equipo descubrió que la composición de los planetas rocosos está íntimamente ligada a la composición de la estrella anfitriona, lo que nos podría ayudar a identificar planetas que pueden ser similares al nuestro”, detalla el líder del estudio, Adibekyan.
“Nuestro trabajo muestra modelos de formación planetaria con un nivel de certeza y detalle que no tiene precedentes”. Agregó.
Garik Israelian, quien también participó del estudio, explicó que este resultado era impensable en el año 2000.
El equipo de astrónomos tomó información sobre 21 exoplanetas rocosos, como la Tierra, y tomaron las medidas de masa y radio para determinar su densidad, así como su cantidad de hierro.
Apoyaron estos datos con espectros de alta resolución facilitados por grandes observatorios de todo el mundo, como el de Mauna Kea (Hawái), La Silla y Paranal (Chile) y el Observatorio del Roque de los Muchachos (Garafía, La Palma).
Este descubrimiento sobre la composición similar de las estrellas anfitrionas y sus exoplanetas , puede ayudar a encontrar planetas similares a la Tierra, si se determina que su estrella es similar a nuestro Sol.