Humanos, ratones y cultivos celulares
Detectar la demencia a tiempo no significa que podrá curarse, pero le da tiempo a los médicos para experimentar con los tratamientos además de preparar a las personas afectadas por la enfermedad. Con esto en mente, investigadores han ideado una serie experimentos que dieron como resultado la detección de marcadores que podrían ser predictores de demencia.
Los marcadores se identificaron a través de una combinación de experimentos con humanos, ratones y cultivos celulares, según el estudio publicado en EMBO Molecular Medicine.
«Necesitamos pruebas que respondan idealmente antes del inicio de la demencia y estimen de manera confiable el riesgo de enfermedad posterior», dice André Fischer del Centro Alemán de Enfermedades Neurodegenerativas.
El equipo de Fischer trabajó con 132 personas sanas y 53 personas con deterioro cognitivo leve (DCL), y lograron identificar tres microARN relacionados con el rendimiento mental. Los niveles más altos demicroARN se asociaron con el deterioro mental en ratones, así como con la aparición de demencia en el grupo de DCL. De aquellos en ese grupo con niveles elevados de biomarcadores, el 90% pasó a desarrollar Alzheimer en dos años.
Detección temprana
Aparte de ello, realizaron análisis en ratones para buscar señales de degeneración neuronal y experimentos con cultivos celulares. Estos revelaron que los mismos tres microARN estaban asociados con procesos inflamatorios en el cerebro y la neuroplasticidad, es decir, la capacidad neuronal para formar conexiones.
«En nuestra opinión, no son solo marcadores, también tienen un impacto activo en los procesos patológicos», afirma Fischer. «Esto los convierte en objetivos potenciales para la terapia. De hecho, vemos en ratones que la capacidad de aprendizaje mejora cuando estos microARN se bloquean con fármacos. Lo hemos observado en ratones con déficits mentales relacionados con la edad, así como en ratones con daño cerebral similar al de la enfermedad de Alzheimer».
Pero no solo se trata de predecir la demencia, sino que estos marcadores, al parecer, indican cómo la demencia se apodera del cerebro permitiendo estimar el riesgo futuro.
Los resultados son muy prometedores, aunque todavía no tenemos a disposición el análisis para buscar los biomarcadores de microARN en una muestra. Debido a eso, los investigadores se encuentran desarrollando un proceso de detección simple y no invasivo, como un análisis de sangre, que sería relativamente fácil de configurar y podría usarse en controles regulares.
«Cuando se manifiestan los síntomas de la demencia, el cerebro ya se ha dañado de forma masiva», dice Fischer. «Actualmente, el diagnóstico ocurre demasiado tarde, incluso para tener la posibilidad de un tratamiento eficaz. Si la demencia se detecta temprano, aumentan las probabilidades de influir positivamente en el curso de la enfermedad«.