La astronomía nos pone en perspectiva sobre el sitio del ser humano en el Universo: William Lee Alardín
En las 12 ediciones del encuentro de divulgación acudieron casi tres millones de personas: José Franco López
Los elementos químicos que nos forman estuvieron en estrellas; somos pedazos de éstas con nombre de personas: Luis Felipe Rodríguez
En su conferencia, José Ernesto Marquina Fábrega explicó cómo Johannes Kepler formuló sus famosas leyes que pusieron fin a la época Medieval
A distancia, miles de personas disfrutaron del cielo y de las actividades que se realizaron con motivo de la 13 edición de la “Noche de las Estrellas: Armonía y Revolución”, la cual celebró el 450 natalicio de Johannes Kepler, se trata del evento más importante de divulgación de la ciencia de México y Latinoamérica, organizado por diversas instituciones de educación superior y sociedades astronómicas del país.
El coordinador de la Investigación Científica de la UNAM, William Lee Alardín, destacó que las transformaciones que enfrenta el mundo por el cambio climático, presiones demográficas, deforestación, agua y pérdida de biodiversidad, nos deben hacer reflexionar sobre nuestro lugar en el planeta, porque es el único que tenemos, así como la importancia de preservarlo.
La astronomía, al ponernos en nuestro lugar sobre dónde estamos en el Universo del que somos parte, nos da una perspectiva que no debemos menospreciar; al contrario, hay que tomarla en cuenta para las mejores decisiones con información, con determinación y previsión de largo plazo a fin de enfrentar mejor los retos de las próximas décadas, aseveró.
La Universidad nacional, prosiguió, está en el crecimiento de nuestro país y busca contribuir de manera constructiva al impartir educación, investigación y difusión de la cultura de y para México.
A su vez, el coordinador general de la Noche de las Estrellas, José Franco López, recordó que la fiesta astronómica se realiza a partir de 2009 y en esta ocasión contó con más de 70 sedes en el territorio nacional.
Durante las 12 ediciones, apuntó, se ha atendido a casi tres millones de personas gracias al trabajo generoso de cinco mil a seis mil voluntarios en la República, quienes participan en cada “Noche de las Estrellas”.
Al hacer uso de la palabra, el investigador emérito del Instituto de Radioastronomía y Astrofísica (IRyA), Luis Felipe Rodríguez, destacó: “increíblemente los elementos químicos que nos componen estuvieron en estrellas, así que en realidad somos pedazos de estrellas con nombre de personas”.
Este evento contó con actividades paralelas en la UNAM, Instituto Politécnico Nacional (IPN), Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE), Academia Mexicana de Ciencias (AMC), Agencia Espacial Mexicana (AEM) y la Red de Planetarios de la República Mexicana, con el apoyo de astrónomos aficionados, estudiantes y profesores de las universidades públicas de México, además de las empresas privadas Celestron y Kosmos Scientific, las cuales a partir del inicio de las emisiones del encuentro apoyan con la donación o préstamo de telescopios.
El acto fue inaugurado por el director del Instituto de Astronomía, José de Jesús González González, acompañado por Jesús Iván Santamaría Najar, representante de Zacatecas y las 70 sedes en el país; y de Patricia Rojas Sánchez, gerente de Celestron México. Las actividades están disponibles a través del sitio de Facebook:
https://www.facebook.com/nochedelasestrellasmx/
En su oportunidad, la directora de la Academia Mexicana de Ciencias, Susana Lizano Soberón, refirió que durante el encuentro se ofrecieron charlas sobre diversos temas y fenómenos astronómicos, se presentó on-line la obra La desobediencia de Marte, escrita por Juan Villoro, dirigida por Antonio Castro y protagonizada por Joaquín Cosío y José María de Tavira. Posteriormente se realizó una mesa de discusión sobre la relación entre Johannes Kepler y Tycho Brahe.
El coordinador de Astrofísica en el INAOE, José Ramón Valdés, manifestó: “esperamos que el próximo año podamos retomar algo que nos apasiona mucho, y es justamente platicar con la gente, explicarle qué es una estrella, un planeta”.
Para el director de Difusión de Ciencia y Tecnología del IPN, Reynold Farrera Rebollo, la apropiación social del conocimiento es la llave maestra que permite a las sociedades asimilarlo como base de su organización social y desarrollo material, construyendo el futuro que tendrá México en el concierto de las naciones.
El nuevo conocimiento
Al dictar su conferencia magistral “Kepler, el buscador de armonías”, el profesor en el Departamento de Física de la Facultad de Ciencias de la UNAM, José Ernesto Marquina Fábrega, narró de forma amena y divertida parte de la vida de Johannes Kepler, quien nació el 27 de diciembre de 1571, hace casi 450 años.
Lo que se sabe de su vida es porque él mismo lo publicó en sus escritos en los cuales describió que nació sietemesino, miope y en el seno de una familia disfuncional. Su padre era un mercenario, vicioso, inflexible y pendenciero; su madre, era pequeña, charlatana y también pendenciera, con mala disposición; el hipocondriaco Kepler se califica a sí mismo como una persona con una naturaleza parecida a la de un perro, pero se siente llamado a grandes logros, expuso el especialista.
Aunque a los 10 años temía que las impurezas de su vida no le permitieran hacer algo importante, “aprovecha el patrocinio de los duques de Wurtemberg y estudia; esa siempre es una buena idea para todos, cuando no sepas qué hacer, pues estudia, es un buen consejo siempre en la vida”, consideró.
Llega a la Universidad de Tübingen y ahí tiene al gran maestro Michael Maestlin, quien le enseña el sistema heliocéntrico, de Nicolás Copérnico, lo que fue para Kepler una auténtica epifanía. Sin terminar sus estudios en Teología, acepta un puesto de profesor de Matemáticas y Astronomía en la pequeña escuela protestante de Graz, a más de 600 kilómetros de distancia.
“Esta es una cosa muy rara, pareciera que el destino empieza a funcionar con Kepler, Graz está muy lejos de Tübingen, esa fue la primera casualidad; la segunda es que ellos se preguntan a quién decirle y le dicen a Johannes, quien estudiaba para teólogo, no le faltaba mucho. Y la tercera cosa rara, él acepta; son tres aspectos raros que no se pueden catalogar más que como el destino, porque ese viaje va a cambiar la vida de Kepler y la historia del conocimiento, ahí se va a gestar el nuevo conocimiento”, abundó.
Además de comentar la manera en que el reconocido astrónomo robó los apuntes de Tycho Brahe y cómo éstos le ayudaron a descifrar por qué los planetas giran en órbitas elípticas y su comportamiento en el espacio, formuló sus famosas leyes que pusieron fin a la época Medieval y llevaron a Europa a la modernidad.