Actualmente los satélites que orbitan la Tierra utilizan electricidad y xenón como fuente de energía para su propulsión. Pero, aunque los átomos de xenón se ionizan fácilmente, este gas es costoso y difícil de almacenar. Por ese motivo, una investigación publicada en Nature sugiere emplear un elemento más eficiente: el yodo.
La empresa de tecnología espacial ThrustMe ha llevado a cabo una prueba en órbita. La startup ha probado exitosamente un satélite propulsado por gas yodado. La nueva tecnología promete conducir a sistemas de propulsión satelital más eficientes y asequibles.
“El yodo es significativamente más abundante y barato que el xenón. Además, tiene la ventaja adicional de poderse almacenar sin presión como un sólido”, señaló Dmytro Rafalskyi, CTO y cofundador de ThrustMe.
Las ventajas del yodo
Esta no es la primera vez que se prueban motores de propulsión de yodo con resultados prometedores. Sin embargo, aquellas pruebas fueron terrestres y no en el espacio como debía ser. Ahora que los resultados son prometedores, el yodo podría ser el futuro de los motores de naves espaciales a pequeña escala.
El equipo utilizó yodo para alimentar un satélite CubeSat de 20 kg con un motor llamado NPT30-I2, lanzado el último 6 de noviembre. Las maniobras se llevaron a cabo con éxito, demostrando que el yodo alcanza de igual manera una mayor eficiencia de ionización que el xenón.
Asimismo, los sistemas basados en yodo podrían construirse en formas significativamente más pequeñas y más simples que los satélites actuales. A diferencia del xenón y otros propulsores, el yodo se puede almacenar a bordo en su forma sólida antes de convertirse en gas. No hay necesidad de tanques de gas voluminosos y de alta presión.
“La demostración exitosa del NPT30-I2 significa que podemos continuar con el siguiente paso en el desarrollo de la propulsión con yodo”, afirma Rafalskyi. “Paralelamente a nuestras pruebas en el espacio, hemos desarrollado nuevas soluciones que permiten un mayor rendimiento”.
El futuro de los satélites
Durante la próxima década se pondrán en órbita decenas de miles de satélites. Por eso, encontrar formas de hacerlos lo más eficaces y asequibles posible es clave si queremos seguir explorando y analizando el universo que nos rodea.
El uso de yodo para hacer que los satélites sean más accesibles, eficientes y compactos tiene múltiples beneficios potenciales. Por ejemplo, podrá alargar su vida útil, maniobrarlos para evitar colisiones y formar constelaciones de satélites más funcionales.
Aun así, los desafíos persisten. El yodo es altamente corrosivo, por lo que se necesitará cerámica para proteger las partes de los satélites, y por el momento los motores de yodo no responden tanto como sus contrapartes de xenón. A pesar de ello, este es un gran paso adelante para la tecnología.
“La publicación de estos resultados históricos no solo es importante para ThrustMe, sino también para la industria espacial en general”, enfatizó la CEO, Ane Aanesland. “Tener nuestros resultados revisados por pares y accesibles al público proporciona más confianza y ayuda a crear un punto de referencia dentro de la industria”, finalizó.