A menudo asociamos la Navidad con la nieve y el frío. Pero no podemos olvidar que en el hemisferio sur la celebran en verano. Por eso, más que con la nieve y el frío, ellos relacionan estas fiestas con playa, piscina, calorcito y, en algunos lugares de Australia, un terrible dolor ocular causado por un pequeñísimo escarabajo. El ojo de Navidad, como se le conoce, no es algo especialmente frecuente. Sin embargo, quien lo sufre una vez no lo olvida nunca.
Es una afección, también llamada úlcera corneal estacional, causada por los productos químicos liberados por un coleóptero nativo de Australia. Concretamente, del noreste de Victoria y el sur de Nueva Gales del sur.
Afortunadamente, no afecta a la vista y el dolor desaparece por sí solo unos 7 o 10 días después. Pero, mientras tanto, puede ser muy molesto si no se usan unas gotas anestésicas. De hecho, hay quien lo compara con el dolor de un parto. No sabemos si será una exageración; pero, por si acaso, mejor no toparse con este escarabajo. Ahora bien, ¿qué más se sabe sobre él?
Los orígenes del ojo de Navidad
El ojo de Navidad fue descrito por primera vez por C.S. Colvin, en un estudio publicado en 1979. En él, explicaba que se trataba de una ulceración en la córnea que se manifestaba principalmente entre finales de noviembre y principios de enero, con las fiestas navideñas justo en medio.
No lo definía como algo especialmente frecuente, pero tampoco aislado. Concretamente, desde 1970 había visto 20 casos, tanto en adultos como en niños, ambos de cualquier género. Todos en Australia.
A día de hoy sigue sin ser especialmente frecuente, pero continúan detectándose algunos casos. Se le han dado nuevos nombres, quizás más acordes, dado que lo único que tiene de navideño el ojo de Navidad son las fechas en las que se da. Por ejemplo, se le conoce como síndrome de Albury-Wodonga, en honor a un hospital de Victoria en el que se han diagnosticado varios casos. También podemos encontrarlo como queratitis del cosechador u ojo del cosechador, por ser esta profesión una de las más afectadas.
De hecho, generalmente las personas acuden al hospital un día después de haber estado realizando alguna tarea al aire libre, como cortar el césped o arreglar el jardín. Inicialmente no se sabía a qué se debía, pero a día de hoy sí que se conoce al culpable: un pequeñísimo escarabajo.
El escarabajo más peligroso para los ojos de Australia
El escarabajo en cuestión es del género Orthoperus. Estos son escarabajos muy pequeños, conocidos por liberar sustancias que pueden causar vesículas y ampollas en la piel. Las liberan cuando se sienten amenazados o cuando son aplastados, ya sea voluntariamente o por accidente. Por eso es tan común que ocurra cuando alguien se encuentra trabajando en el campo.
Es un escarabajo muy pequeño. Tanto que pasa desapercibido y normalmente las personas afectadas no saben que han estado en contacto con él. Lo que sí puede ocurrir es que noten alguna molestia en el ojo, se lo froten y sea ahí cuando el animal libere esas sustancias, entre las que destaca la pederina, un compuesto tóxico y causante de vesículas. Una vez que esto ocurre, solo son conscientes de que algo va mal cuando empiezan a sentir un dolor extremadamente intenso en el ojo. Empieza como picazón, que se convierte en ardor y puede terminar en forma de lesiones ulcerantes en la córnea.
El escarabajo es tan pequeño que las personas afectadas no lo notan, se froten el ojo y al aplastarlo hacen que libere las sustancias irritantes.
Estos son síntomas que también pueden darse por otras afecciones, como la queratitis por herpes, la abrasión corneal o la úlcera corneal infecciosa. Por eso, el diagnóstico de ojo de Navidad suele realizarse con una entrevista al paciente para saber si realizó actividades al aire libre susceptibles de un encuentro con el escarabajo.
Lo único bueno de todo esto es que las lesiones suelen ser temporales y desaparecer por sí solas en 7-10 días, cuando el epitelio corneal se recupera. Eso sí, mientras tanto es necesario usar un colirio anestésico para los ojos, pues el dolor puede llegar a ser insoportable. Que nos perdone Tim Burton; pero, desde luego, esto sí que es una pesadilla antes de Navidad.