La salud mental de los astronautas no pasa desapercibida para la NASA. Así como otras agencias espaciales, la institución se preocupa por la estabilidad emocional de las personas que tienen que pasar largos meses fuera de la Tierra. Aunque se trata de un número reducido de seres humanos viviendo en la Estación Espacial Internacional, estar más allá de la estratosfera es un reto psicológico.
Aunque parece que no tiene nada que ver, una de las soluciones que se han encontrado para solventar la ansiedad de los astronautas es la jardinería espacial. Después de años de intentos, la NASA está lista para ir un paso más allá: el siguiente asunto en la agenda de la agencia es extender el proyecto para crear granjas en el espacio. Hasta ahora, esto es lo que se ha logrado.
Primeros pasos
Tatyana Woodall, periodista de ciencia para Popular Science, apunta acertadamente que hoy, “para ser un buen astronauta, se necesita ser un buen jardinero“. Esto es así por el énfasis que la NASA está haciendo en sus proyectos de agricultura espacial. El fin último es alcanzar el desarrollo de granjas en el espacio. Sin embargo, antes de llegar ahí hay mucho trabajo astro-biológico que realizar antes.
En la fotografía anterior, el ingeniero de integración de carga útil John “JC” Carver abre la puerta a la cámara de crecimiento de la Unidad de Vuelo. Este dispositivo forma parte del Advanced Plant Habitat (APH), que realizó una cosecha de prueba con plantas de thaliana al interior. Adentro, hay luces LED rojas, verdes y blancas de amplio espectro, que permite que las plantas crezcan en un entorno controlado.
“Las semillas cultivadas durante la prueba de verificación se cultivarán en la estación para ayudar a los científicos a comprender cómo se adaptan estas plantas a los vuelos espaciales”, apunta la NASA.
Este experimento se llevó a cabo sobre la superficie terrestre, en Estados Unidos. Específicamente, en el Simulador Ambiental de la Estación Espacial Internacional en la Instalación de Procesamiento de la Estación Espacial Kennedy. La idea es que la misma tecnología deje la Tierra alguna vez, de manera que los astronautas puedan imitar el método desde el espacio.
Flores, frutas y jardines frescos
La NASA busca que, dentro de algunos años, haya flores, frutas y plantas frescas en el espacio. Idealmente, las granjas en el espacio se extenderán para formar jardines enteros, para que los astronautas cultiven sus propios alimentos desde allá.
Aunque este el esfuerzo de investigación es científico, hay un tinte de nostalgia en el comunicado de la agencia al abordar el tema:
"[…] las flores frescas y los jardines en la Estación Espacial Internacional crean una atmósfera hermosa y nos permiten llevar un pedacito de la Tierra con nosotros en nuestros viajes”, explica la NASA en su portal oficial.
Si bien la salud mental es un interés de relevancia para las misiones de la NASA, el bienestar físico de las personas en el espacio es una prioridad. Sin astronautas sanos, sencillamente no hay exploración que pueda concretarse. Más que nada, apunta la agencia, “en misiones de larga duración”.
Esto es así porque las condiciones en el espacio no son las propicias para sembrar nada. De hecho, el ambiente es hostil para la vida humana —y prácticamente para cualquier forma de vida como la conocemos en la Tierra. Por ello, la intención es “proporcionar a los astronautas nutrientes en una forma duradera y de fácil absorción: frutas y verduras frescas recién cultivadas”.
El mayor obstáculo al que se enfrentan los investigadores actualmente es lograr que las plantas crezcan sin luz natural —o gravedad. Hoy viviendo básicamente de comida deshidratada o refrigerada, los astronautas requieren de alimentos más naturales. Lo más probable es que tengan que esperar algunas décadas más para que puedan cenar algo más que comida enlatada.