Desde la invención de los nuevos sistemas de imagenología, como la resonancia magnética comenzó un gran interés por monitorear la actividad cerebral en cada actividad que los seres humanos realizan, desde la resolución de operaciones aritméticas hasta la ejecución de una sinfonía.
De esta la forma, la curiosidad humana incrementó por conocer qué parte del cerebro se activa cuando el cuerpo está en movimiento. Por ejemplo, en un artículo nuevo de la Revista Nature, el investigador Scott Marek descubrió que la mayoría de los análisis estadísticos sobre actividad cerebral tienen menos de 12 casos, por lo que éstos no poseen la suficiente validez real.
Great to see this published in @Nature - really important message: correlations computed from small samples are not to be trusted! https://t.co/hrirPkEuLk
— Russ Poldrack (@russpoldrack) March 16, 2022
Scott Marek resaltó que las muestras deben ser mayores a 12 casos para obtener datos eficaces o que se aproximen a la realidad a fin de verificar si 20% del cerebro está dedico al movimiento y 80% está ocupado por redes involucradas en la cognición de orden superior, que se relaciona con soñar despierto.
Estos resultados los obtuvo en uno de sus últimos estudios, en el que analizó las redes de la corteza del cerebro.
En este estudio, analizó las redes individualizadas en distintas personas y encontró que, aunque las funciones cerebrales están organizadas en aproximadamente el mismo patrón en el cerebelo de todas los seres humanos, hay suficiente variación individual para distinguir escáneres cerebrales realizados en cualquiera de dos participantes.
Por ello, ahora está investigando si esas diferencias individuales en las redes cerebelosas se correlacionan con la inteligencia, el comportamiento, los rasgos de personalidad como la adaptabilidad o los trastornos psiquiátricos.