La vida del mochilero: cada día otro horizonte, cada noche otra cama. Andanzas de mochilero de Kurt Bernardo Wolf durante los años 1965—1970 por África Oriental, Israel y Sinaí, Turquía, Irán y Afganistán, Escandinavia y la India
El día 11 de marzo, me acuerdo bien porque fui a una reunión programada a la ciudad de México, de regreso pasé a casa de Bernardo. Me invitó porque me quería regalar su libro “Crónicas de un Mochilero, en un mundo más ingenuo” [2]. Pasé ya muy tarde a su casa, pero pude hablar un rato con él y su esposa, y quedamos en cenar juntos pronto. Me contó de cómo el libro venía de un esfuerzo de su familia de juntar el material de sus viajes de joven y estaba dedicado a sus nietos. Lo vi muy delgado, pero tan animoso y vital como siempre. Me escribió una dedicatoria en el libro, “para Julia Tagüeña, tras tantos años de gusto de conocerla” … Muchos años sí, desde que él fue maestro, muy joven, de FETI, funciones especiales y transformadas integrales, en la Facultad de Ciencias de la UNAM, y un semestre, fui su asistente. Era un físico matemático excepcional y más que su asistente, fui su alumna. Uno nunca sabe cuándo dejarás de ver a alguien querido. La cena planeada nunca se realizó. Sin embargo, en cuanto llegué a mi casa empecé a leer el libro y me encantó. Lo convencí de que hiciera una reseña de su obra y la publicamos el 22 de marzo en esta sección, que me toca ahora editar. La llamó “La edad de Oro”. Seguramente es de sus últimos escritos, aunque hay muchos más en La Unión de Morelos que se pueden leer en https://acmor.org/perfiles/dr-kurt-bernardo-wolf-bogner. También, en la sección de opinión “Sin embargo se mueve”, coordinada por Antonio del Río, del periódico La Unión de Morelos, publicó cerca de 50 artículos. En esos trabajos abordó temas muy diferentes donde planteó su siempre inquisitiva actitud hacia las políticas públicas y su defensa del desarrollo libre de la ciencia básica.
Destaco sus últimas contribuciones en esta sección de La Ciencia, de Morelos para el Mundo: “Geometría o física: a 100 años del premio Nobel de Albert Einstein”, hablando de premios Nobel. En “El cambiante interés de campos científicos”, aprovechó para hacer un pequeño homenaje a su querido maestro Marcos Moshinsky. Es particularmente significativo el texto que escribió en memoria de su amigo Guillermo Krötzsch, “Gracias Guillermo”. Ahí cuenta que, en días como estos, despidiendo a un amigo, regresaba a 1970, “cuando con un par de huaraches, atuendo bizarro y una mochila al lomo vagaba por las callejuelas de Benares (India) y quiso el azar que me encontrara con la procesión de una pequeña muchedumbre con música, flores y cantos que se puse a seguir. Era el funeral de una mujer, madre, abuela y bisabuela de todos ellos. Nadie parecía triste. Estaban contentos por la vida y las gracias que les regaló a todos. Al caer la tarde la procesión llegó a los ghats donde entregaron el cuerpo de la anciana a los Intocables y regresaron a casa. Éstos, después de sumergirla en las aguas sagradas del río y perfumarla, la colocaron sobre la cama de ramas y encendieron la pira. Ya de noche, su amoroso recuerdo quedó como ascuas volando sobre el cielo del Ganges.”
Hoy que tenemos noticias de su muerte, lo recordamos en su última contribución “La edad de oro”, sobre sus crónicas de mochilero, junto con algunos comentarios de sus amigos y colegas. Sin duda habrá más homenajes con la participación de otros colegas y exalumnos.
Bernardo termina su último libro de mochilero diciendo “Agradezco que me haya tocado vivir esta edad de oro”. La Academia de Ciencias de Morelos y sus colegas y amigos agradecemos haber sido parte de su vida y nos quedamos con su mochila llena de recuerdos entrañables y múltiples aportaciones.
La mochila de un mochilero siempre lleva la bandera de su país.
Referencias
[2] Crónicas de un Mochilero en un Mundo más Ingenuo (Tintaenpié, CDMX, 2022), ISBN: 978-607-9178-42-0, 292 páginas, Licenciado bajo esquema de Creative Commons 4.0 Internacional.