La NASA tiene previsto lanzar a finales de este año su primer enjambre de satélites, una misión denominada Starling que tiene el potencial de “revolucionar la forma en que hacemos ciencia“, según lo afirmó el director de la misión, Howard Cannon.
El lanzamiento de cuatro nanosatélites CubeSat, que volarán en una órbita heliosincrónica a más de 482 kilómetros de altura sobre la Tierra, separados por una distancia máxima entre sí de 274 kilómetros, se realizará en un cohete Firefly de Aerospace Alph que despegará de la Base de la Fuerza Aérea Vandenberg en California (Estados Unidos).
Durante la misión de seis meses, la NASA comprobará si los nanosatélites son capaces de establecer y mantener una red de comunicación dinámica.
“En lugar de tener una nave espacial monolítica de la que depende para que funcione correctamente, se puede tener múltiples naves espaciales más pequeñas que son menos costosas”, explica Cannon las ventajas de la misión.
En el marco de la misma, se pondrá a prueba otro proyecto, el Experimento Óptico de Vuelo en Formación Starling (StarFOX), que prevé que los satélites se apoyen en rastreadores de estrellas para moverse en diversas formaciones y evitar colisiones.
“Por primera vez, dotaremos a un enjambre de la capacidad de navegar de forma autónoma en el espacio sin GPS, utilizando únicamente las cámaras integradas en estos cuatro CubeSats apuntándose entre sí”, indicó Simone D’Amico, que dirige el Laboratorio de Encuentros Espaciales de la Universidad de Stanford.
Asimismo, se verificará si los satélites pueden maniobrar de forma autónoma para alcanzar sus objetivos, como parte de los Experimentos de Reconfiguración y Mantenimiento de Órbita a Bordo (ROMEO).