Generalmente se asume que los animales de sangre fría envejecen más lentamente que los animales de sangre caliente. Sin embargo, un análisis del envejecimiento y la longevidad de decenas de especies de anfibios y reptiles arrojó que no es siempre así.
Los investigadores descubrieron que algunas de las especies estudiadas envejecen más lentamente y viven más que las aves y los mamíferos, mientras que con otras ocurre lo contrario.
“La larga investigación de un equipo internacional de 114 biólogos que estudiaron 107 poblaciones silvestres, cubriendo 77 especies diferentes, ha encontrado nuevas razones de la longevidad de los animales de sangre fría”, detalla un comunicado firmado por varias universidades de Estados Unidos y Australia.
Los científicos encontraron que en cada grupo de anfibios y reptiles muestreados (que incluían a ranas, salamandras, lagartijas, cocodrilos y tortugas) hay al menos una especie con “senescencia insignificante”, un término acuñado en la década de 1990 para describir a los organismos que no muestran síntomas de envejecimiento.
En este caso, esto significa que en dichas especies la mortalidad no aumenta y la fecundidad no disminuye con la edad.
La popular “hipótesis del modo termorregulador” sugiere que los ectotermos (animales de sangre fría), debido a que requieren del calor externo para regular la temperatura de sus cuerpos y, por lo tanto, a menudo tienen metabolismos más lentos, envejecen más lentamente que los endotermos (animales que utilizan calor generado internamente), que tienen metabolismos más rápidos.
Sin embargo, contrariamente a la creencia tradicional, los autores no hallaron evidencias de que los animales de sangre fría, en promedio, envejezcan más lentamente y vivan más que los de sangre caliente.
“No encontramos pruebas que apoyen la idea de que una tasa metabólica más baja signifique que los ectotermos envejecen más lentamente. Esa relación solo es cierta para las tortugas, lo que sugiere que las tortugas son únicas entre los ectotermos”, señaló uno de los autores del estudio, el profesor asociado David Miller.