Un equipo de científicos descubrió cuatro especies en el género “Staheliomyces” al que hasta ahora solo se le había asignado una especie, desde que fue descubierto en 1921 en Surinam. El trabajo ha sido publicado en la revista Mycological Progress.
Hasta la fecha, solo el “Neotrópico” era conocido, pero el género de hongos “Staheliomyces” pertenece a la familia fúngica “Phallaceae” y, desde que fue descrito en 1921 por Eduard Fischer, basándose en una colección del botánico Gerold Stabel, se consideraba monotípico con una sola especie, “Staheliomyces cinctus”.
Ahora, un equipo internacional de científicos descubrió que este género cuenta con cuatro especies más. El estudio se ha realizado revisando, inicialmente, el material tipo de “S. cinctus” recolectado hace un siglo que se encuentra en el herbario del Jardín Botánico de la Universidad de Berna.
Posteriores, recolecciones de este género determinaron que, tras el estudio de su morfología, la realización de análisis filogenéticos moleculares y la revisión de nomenclatura, los especímenes pertenecían a cinco especies, cuatro de ellas nuevas para la ciencia: “S. candeliformis”, “S. costariquensis”, “S. cylindricus” y “S. quadratus”.
Este estudio permitió confirmar que la existencia de este género de hongos no se circunscribe únicamente al territorio de Surinam donde inicialmente fue descrito en 1921, sino que se extiende por otras zonas como Costa Rica, Bolivia, Panamá, Honduras, Colombia, Ecuador o los bosques atlánticos y amazónicos de Brasil.
El “Staheliomyces cinctus”, también conocido como “cuerno apestoso”, se caracteriza principalmente porque el desarrollo de su cuerpo se realiza en forma de huevo formando una parte constreñida del basidioma por encima del pseudoestípite por una especie de cinturón, de ahí que reciba la denominación de “cinctus”.
Asimismo, este estudio aporta información sobre la diversidad biogeográfica de estos hongos, pero se desconoce la comestibilidad de esta especie y su uso humano, aunque algunos estudios han señalado que esta especie es utilizada con fines medicinales por la tribu indígena Yanomami (Brasil) para el tratamiento de la leishmaniasis y la malaria.